Narra Rayan.
**Era otro de esos días de invierno en las que una persona seguía sin encontrarse a sí misma, pero yo, sigo sin hacerlo y ya tengo veinticuatro años. Normalmente la gente de mi edad ya sabe lo que es y qué quiere hacer, esa gente ha tenido amigos o familiares para que les guíen en su camino de encontrarlo, yo no. Pero tengo la esperanza de que eso cambie muy pronto.**
Empieza el día número ochenta y cuatro desde que la persona mas importante de mi vida se fue y no se por qué.
Me visto con mis pantalones de hacer deporte y mi sudadera. Me preparo mi particular café de por las mañanas y me pongo las deportivas, al hacerlo noto un peso en mi corazón, ya llevo una semana saliendo a correr sin él y cada día es peor que el anterior.
Al salir por la puerta de mi apartamento un viento gélido me golpea la cara, no me lo pienso dos veces y corro, al principio lento y luego ya cogiendo más velocidad, soy consciente de que estoy muy mentalmente cansado de prácticamente todo y sigo corriendo aún así, hasta que oigo un disparo, todo en mí se congela, a mi alrededor todo sigue igual, nadie parece herido y nadie parece haberlo oído, me planteo que estoy loco cuando de repente veo una chica con un vestido largo y negro hasta los tobillos, el pelo recogido en un moño, y unos ojos azules tan fríos el hielo y profundos en el mar. La chica se acerca a mi y me dice:
-Ten cuidado.
Tras decir eso desaparece de mi vista, evaporizándose.Es en ese momento en el cual pienso que sí, me estoy volviendo loco.
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Ángel De La Muerte
RandomUna vida transformada por un destino que nadie habría querido elegir. Ni siquiera él. Un amor tan imposible cómo tocar una estrella. Una vida tan triste para no querer vivirla. Un mundo escondido, que cambiará todo lo que él conoce.