You Got Something I Need. {YAOI, Español}. KEVEDD

No° 1. Una pelea no planificada.

-Muy bien, tontos. Ya estoy cansado.

Kevin caminó a zancadas, con las manos vueltas dos puños, hacia donde se encontraban los tres Eds. Ellos intercambiaron miradas, muertos de miedo, y casi por instinto, como animales indefensos que huyen de su depredador, echaron a correr a toda prisa en diferentes direcciones, cada uno escondiéndose por su cuenta.

Teniendo que pensar rápido, siendo que esta vez no los quería dejar ir, Kevin atinó a perseguir al primero que sus ojos captaron, dejando atrás a los otros dos. La pequeña sombra levemente oscura de uno de los Eds pronto se encontró frente a una pared, y cuando se volteó, con la respiración entrecortada y los ojos temerosos, Kevin advirtió con cierta decepción que solo era Edd, el menos molesto de los tres.

Algo lo irritó, siendo que al que más deseos tenía de golpear era a Eddy, y tampoco le hubiera molestado mucho darle una buena paliza al otro imbécil de Ed, pero con Doble D por alguna razón la cosa era un poco distinta, Kevin suponía que porque éste nunca era muy desagradable.

Los ojos del pobre estaban fijos en los de Kevin, y paseaban con rapidez hasta sus manos y luego de regreso a su rostro, como esperando la paliza. Kevin se vio obligado en cierto momento a detener sus miradas, y acercarse un poco. Sabía que si no le pegaba iba a quedar como un tonto frente al resto, pero a la vez algo le detenía; no deseaba pegarle a Edd, y menos con la actitud de conejo asustado que éste tenía.

En un suspiro, como rindiéndose, Kevin levantó el puño y Doble D escondió su rostro entre sus temblorosas manos. Sin darse cuenta, el puño de Kevin comenzó a temblar de igual forma, y de pronto, tal vez por lástima o tal vez por piedad, levantó un dedo y le dio un leve golpecito en la nariz, sorprendiéndose a sí mismo. Edd levantó un poco el rostro, aunque todavía asustado, y ambos se miraron por unos segundos, para que entonces Kevin soltara un respingo de resignación y se alejara evitando la mirada de Doble D, a buscar a los otros dos Eds, si es que llegaba a tener la suerte de encontrarlos.

Todavía temblando pero ahora más tranquilamente, Edd, incrédulo, lo vio alejarse poco a poco y con las manos en los bolsillos, refunfuñando por lo bajo.