No° 10. Vodka.

7.1K 684 241
                                    

Nathan se sentó en el sillón de su casa, exhausto pero sonriente. Al final todo había resultado bien, ¿no?, o al menos en dos tercios. Ciertamente, Doble D se había pasado toda la tarde en esa caja polvorienta, pero por lo menos lo habían encontrado. Y además... estaba feliz de haber evitado secretamente una posible catástrofe. Alcanzó su mochila y sacó las fotos que le había tomado del casillero de Eddy, cuando éste lo cerró mal.

Por lo que Kevin le había contado de su cita con Doble D, podía estar seguro de que habían sido tomadas en ese momento. ¿Significaba que Eddy les siguió hasta ahí? Su determinación era sorprendente. Aunque no de una buena manera, más bien a Nathan le asustaba.

Suspiró, cortando las imágenes hasta dejarlas casi irreconocibles. Tal vez si Eddy hubiera tenido las fotos las cosas habrían salido peor para Kevin y Doble D. Nathan lanzó los trozos de papel que habían quedado a su cesto de basura. Kev le debía una, sin duda.

De pronto escuchó un extraño ruido afuera, como de gritos. Intrigado, miró por la ventana, para encontrarse a Kevin tomando por la camisa a Eddy, mientras Doble D, detrás de su novio, gritaba que se detuvieran.

...

-¡Vengan, vengan todos! ¡Consigan su boleto esta noche para el circo de Eddy y Ed! ¡Solo esta noche, y será hasta tarde!

-¡Oye tú, idiota!

Justo cuando los demás comenzaban a acercarse, Kevin lanzó su grito. Un poco intrigado, Eddy se bajó del balde del que estaba parado para lucir más alto y se volteó hacia él, que caminaba a fuertes zancadas en su dirección, con una expresión furiosa en el rostro. Detrás suyo, Doble D tiraba de su chaqueta, rogándole que se detuviera, pero evidentemente Kevin le superaba en fuerza, de modo que parecía ni sentirlo.

-Ah, así que Mandíbula de Tiburón viene a proteger a su... -empezó Eddy, pero Kevin no le permitió ni terminar la frase, golpeándolo fuertemente en la nariz con el puño, sin previo aviso, y haciéndole caer en picada hacia el suelo de cemento.

-¡Kevin, basta! –Gritaba Doble D, sin obtener respuestas de su parte, como si de pronto no existiera.

Los demás comenzaron a amontonarse a su alrededor, curiosos por la pelea, y sobre todo, por el motivo de ella.

Entonces Kevin tomó a Eddy por el cuello de la camisa, acercando sus rostros.

-¿Quién te crees para haber hecho eso, idiota? –Le preguntó rabioso, pero Eddy ya no podía hablar, a causa del dolor en su nariz. Honestamente, no esperaba tanto por parte de Kevin, siendo que desde su punto de vista no había sido para tanto lo que había hecho: apenas dejó a Doble D en una caja por unas cuantas horas, pero Kevin lucía demasiado severo como para pensar que se lo había tomado a la ligera.

Nueva e inesperadamente, Kevin golpeó a Eddy. Éste no era el único sorprendido, todos sus otros amigos lo estaban. La rabia en el rostro de Kevin sorprendía a todos, incluso a él. Debía estar realmente enojado como para ser tan brusco con Eddy, quien se mantenía echado en suelo, incapaz de moverse. Pero Kevin no parecía querer parar, volviendo a levantar su puño manchado de sangre para golpearlo de nuevo.

-¡Kevin detente! –Suplicó de pronto Doble D, sujetándole el puño con ambas manos-. ¡Vas a matarlo! ¡Es demasiado! ¡¡Kevin, por favor!!

Hubiera seguido, pero ese grito lo hizo quedarse en silencio, mirando a Eddy: la nariz probablemente rota; los ojos entreabiertos; la boca intentando decir algo, pero únicamente consiguiendo escupir saliva manchada de rosa por la sangre... Luego Kev se volteó hacia su novio, que parecía horrorizado.

-Kevin, ya es demasiado. Basta, por favor –le rogó Edd con lágrimas en los ojos.

Entonces Kevin soltó a Eddy, acomodándose su ropa y sacudiéndola un poco. Luego le miró con desprecio unos segundos. Todo estaba en silencio, se podían oír unos pocos murmullos intrigados por la cercanía de Doble D y Kevin y por la ira de éste hacia Eddy. Y de pronto, rompiendo el silencio y llamando la atención de todos, Kev habló:

You Got Something I Need. {YAOI, Español}. KEVEDDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora