You Got Something I Need. {YAOI, Español}. KEVEDD

No° 16. Ni aunque grite, ni aunque llore.

 {ADVERTENCIA: Este capítulo contiene lemon y escenas sexuales bastante explícitas. Si no eres fan de esto, recomiendo saltarlo o leerlo entre líneas}.

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Estaba acostado en el suelo de la carpa, abrazando una almohada. Estaba muerto de miedo, temeroso por el momento en el que Kevin llegara. Se decía a sí mismo que tarde o temprano lo iba a hacer, así que tenía que estar más tranquilo. Pero no era capaz. Su corazón latía con fuerza, nervioso. No sabía qué hacer. Ahora Kevin no se detendría, ni aunque Doble D se lo rogara.

Ni aunque grite, ni aunque llore.

Se estaba llamando estúpido por haberle dicho eso, al menos podría haber usado las lágrimas para que Kevin se detuviera, pero ahora ni siquiera podría hacerlo parar un segundo.

Suspiró, obligándose a pensar en los aspectos positivos: estaba creciendo, y eso era normal. Sí, después de todo, en la naturaleza los animales se aparean, es instintivo de los humanos también... no podría negarse a hacerlo toda la vida. Por otro lado, sabría lo que se sentía, cosa que siempre se preguntó. Significaba que en un poco rato se respondería una de las muchas preguntas que siempre tuvo en la cabeza pero que no todos podían explicarle. Y además... haría mucho más fuerte su lazo con Kevin... iba a hacerlo con la persona a la que amaba...

De pronto oyó cómo la puerta de la carpa se abría, y alguien entraba.

No, no, no... No, no. Oh, no.

Kevin cerró la puerta de la carpa de la mejor forma que pudo, preocupándose de que no se pudiera abrir desde afuera. Y despacio, se acercó a Doble D, que se encontraba de espaldas a él.

-¿Listo? –Preguntó en su oído. Él se estremeció y escondió la cabeza entre las manos, nervioso. Esto hizo reír a Kevin.

-Ke-Ke-Kevin... ¿y si lo dejamos para otro día?

Él se echó a reír, notando que todo lo que le había dicho Doble D antes era cierto.

-Olvídalo –susurró-. No pienso parar ahora.

-N-No, Kevin... por favor –le temblaba la voz.

Kevin lo volteó para que pudieran verse, aunque Doble D mantenía las manos sobre sus ojos, tapándose la cara. Suavemente, Kev le tomó las muñecas y las retiró, mirándole y evaluando sus reacciones. Estaba completamente ruborizado, muerto del miedo.

-No debes asustarte.

-No quiero hacerlo, Kevin –sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, las cuales él detuvo a tiempo, antes de que se intensificaran, con un beso.

-Calma. A ver –dijo-, mírame.

Doble D hizo caso, abriendo los ojos lentamente y encontrándose con los de Kevin.

-No es raro, no hay por qué tener miedo –Kevin comenzó a quitarle la camisa a Edd mientras hablaba, aprovechándose de que estaba distraído-. Tienes que calmarte, no va a pasarte nada. ¿Qué crees que te voy a hacer? No voy a comerte.

Él suspiró, y Kevin entrelazó sus piernas.

-No hay necesidad de estar asustado, ¿sí...? Ven, siéntate.

Ahora más tranquilo, Doble D obedeció, incorporándose y levantando los brazos para que Kevin terminara de quitarle la prenda. Una vez hecho esto, él juntó sus frentes y rozó sus narices. Parecía que sabía perfectamente cómo tranquilizarlo, puesto que esto lo hizo relajarse mucho más. Mientras se besaban, pensó en las palabras de Kevin. Tenía completa razón, debía calmarse, tampoco estaba cometiendo un delito ni algo por el estilo. Despacio, comenzó a abrazarle, acercando poco a poco sus cuerpos. Kevin notó este cambio.