No° 3. Las Crueles.

8.5K 884 117
                                    

Había tocado un buen día. Doble D respiró hondo para llenar sus pulmones del aire primaveral que inundaba la escuela esa mañana del miércoles. Estaba sentado en el césped del patio de la escuela, con un libro apoyado en una de sus piernas. Eddy y Ed estaban ocupados en quién sabe qué cosa, y había querido aprovechar el momento para avanzar un poco en su libro. Desgraciadamente, no era capaz de prestarle atención, puesto que no dejaba de pensar en Kevin.

Anteayer se sintió verdaderamente mal con él, cuando se giró y dijo que no era capaz de hacerle nada. Todo mundo comenzó a abuchearlo, gritaron y lanzaron cosas. Nazz intentó interponerse y defenderlo, pero de poco sirvió esto, siendo que el los demás la ignoraron completamente. Kevin se alejó, le gritó insultos a algunos, y le enseñó el dedo a Eddy, que se partía de la risa, y luego se fue de la escuela. Al día siguiente de eso no se presentó en clases, y hoy tampoco. Al principio Edd tuvo la esperanza de que al menos hoy lo hiciera, pero ya era casi la hora de la salida y no se había visto ni un rastro de Kevin.

Doble D no podía mentir, estaba realmente preocupado. Sin duda se sentía feliz de no haber recibido ese golpe, pero la reacción de Kevin lo desconcertó, y el modo en que fue tratado por el resto le hizo apenarse por él. Doble D ya estaba acostumbrado a las burlas, pero sabía que esas personas eran amigos de Kevin, y entonces entendía lo molesto que debió ser para él que lo abuchearan de esa manera.

Se preguntaba si debía ir a visitarlo a su casa, aunque a la vez se decía a sí mismo que no, puesto que el problema inicial y por lo que Kevin había pasado todo eso había sido él.

Pero le costaba entender por qué. ¿Por qué Kevin no le golpeó? Normalmente lo habría hecho. Es verdad que cuando eran niños los tres se la pasaban ligando las palizas de Kevin, pero si Edd hacía memoria podía recordar que a medida que fueron creciendo, Kevin dejó de pegarle, aunque solo a él. Sin embargo, no esperaba que ése hubiera sido un cambio tan fuerte, como aparentemente era.

Cerró el libro y lo dejó a un lado, no era capaz de concentrarse. Intentaba ver las letras pero éstas se ponían borrosas y se iban a cualquier parte menos a su cabeza, donde tenía otras cosas; era como si se estuviera durmiendo.

Cruzó sus piernas y miró a su alrededor, como esperando encontrar a Kevin. Tenía ciertas ganas de hablar con él, preguntarle por qué no era capaz de pegarle. Se sorprendió a sí mismo deseando que lo hubiera hecho, quizás ahora estaría todo mejor. Bueno, Doble D con un ojo morado, pero tal vez fuera un riesgo a correr.

En realidad, el ambiente en la escuela nunca había estado más tenso.

-¡¡DOBLE D, HUYE!!

Doble D se volvió, sorprendido por aquel grito de Eddy.

Las Hermanas Crueles corrían las tres en grupo detrás de Ed y Eddy, todos en su dirección. Doble D pegó un salto al notar a Marie, su constante acosadora, corriendo hacia él y gritando su nombre. Ahora no tenía las ganas de ser perseguido y besado repetidas veces por esa loca. Por instinto, atinó a correr hacia la salida, de todas formas ya se estaban acabando las clases, y no perdería nada con alejarse de la escuela.

Echó a andar lo más rápido que pudo, Las Crueles eran veloces, fácilmente le alcanzarían, pero el miedo a ser atrapado por Marie era mayor a su sentido común, haciendo que sus pies se movieran solos, a pesar de que conocía el desgraciado final.

Procurando no tropezarse, se alejó como pudo de la escuela. May y Lee ya habían atrapado a Ed y a Eddy, y Marie perseguía a Doble D a una velocidad propia de una pantera. Edd no duraría mucho. Sus piernas, poco atléticas, ya se estaban cansando, y su condición física era tan mala que su corazón ya le pedía que se detuviera a tomar aire. Sin embargo, aunque odiaba pedirle a su cuerpo más de lo que podía, no pensaba en hacer más que correr. Ni siquiera sabía a dónde estaba yendo. Esperaba que a su casa, pero ésta quedaba demasiado lejos, y no sería capaz de llegar a tiempo.

-¡Doble D, querido! ¡Puedes correr pero no esconderte! –Podía escuchar a Marie a sus espaldas.

-¡M-Ma-Marie, por favor! –Suplicó él sin dejar de escapar, pero sus palabras no sirvieron de nada, siendo que ella continuó gritando su nombre.

Pasadas unas tres cuadras, Doble D no fue capaz de seguir. Su corazón latía con una fuerza impresionante, y las piernas le temblaban, sobre ejercitadas. Apoyado en una pared y tomando bocanadas de aire, esperó a que ella apareciera, ya rendido.

Fue en ese momento cuando algo se detuvo frente a él. Marie. Cerró los ojos y solo permitió que ella se le abalanzara, pero nada pasó. Confundido, se enderezó un poco y notó que había un ligero ruido mecánico. Abrió los ojos, preguntándose qué sucedía y por qué Marie todavía no le estaba besando, y notó entonces que quien había parado frente a él no era su acosadora sino una motocicleta, y es más, Kevin estaba sentado en ella.

-¡Ah, Kevin! –Trató de decir, pero tenía tan poco aliento que apenas pudo soltar un ruido ininteligible.

-Sube –dijo él, parecía serio.

-¿Qu... qué? ¿A tu motocicleta?

-Claro que sí, Doble Tonto, ven aquí.

-Pero...

-¡¿Qué?!

-No es... ¿arriesgado? –Doble D bajó un poco la mirada ante el grito de Kevin.

-¿Qué...? ¡No! Calma, no pasa nada, sube.

-Pero, Kevin...

Él puso una mano de forma horizontal un poco arriba de sus ojos, como intentado ver algo a los lejos.

-Oh, parece que Marie Cruel ya está aquí. Muy bien, si no quieres subir.

-¿Qué? ¡No, no! Yo... -Doble D echó una mirada a su espalda. Efectivamente, Marie corría como un toro loco en su dirección. Rindiéndose, suspiró-. Muy bien.

Kevin le hizo rápidamente un espacio a su espalda, y Edd se sentó nervioso. Jamás se hubiera imaginado en una situación así, pero en ese momento prefería ir en una motocicleta con Kevin a ser besado por Marie.

-Sujétate –dijo Kevin, preparando el motor para arrancar.

Así lo hizo Doble D, muerto de miedo, abrazando la cintura de Kevin con los ojos apretados. Éste pisó el acelerador y la motocicleta pronto se alejó con gran velocidad de la calle donde estaban hace unos segundos. Lo último que Doble D alcanzó a ver fue a Marie convertida en solo un pequeño punto azul, vociferando que lo atraparía cuando menos lo esperara.

You Got Something I Need. {YAOI, Español}. KEVEDDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora