You Got Something I Need. {YAOI, Español}. KEVEDD

No° 2. No puedo hacerlo.

-¿Entonces qué, Kevin? ¿Te apiadaste de él?

-Silencio.

-Vaya, entonces tienes un lado dulce, ¿no?

-Cállate, Nazz.

Estaban camino a la escuela, Nazz se había perdido el autobús y Kevin había accedido a acompañarla a pie, pero no contaba con que ella supiera lo de la vez pasada con Doble D.

-No voy a callarme, quiero que me cuentes por qué no lo golpeaste.

Sucedía tal y como Kevin lo esperaba. Ahora toda la escuela iba a enterarse de que no fue capaz de golpear al nerd. E incluso él se lo preguntaba. ¿Por qué? Recordó el momento en el que se encontraron; Doble D contra la pared y Kevin arremangándose para darle una golpiza. Algo en los ojos de Edd lo llenó de compasión. De alguna forma sabía lo que era tener ese miedo, y de todos modos Doble D no se lo merecía tanto como sus amigos.

Varias veces Kevin se lo preguntaba: ¿qué hacía con ellos dos?

-¿Entonces, Kevin? Lo juro, no lo diré a nadie –reía Nazz.

Él suspiró.

-Más te vale –le dijo, a modo de advertencia.

-Lo juro.

-Bien –Kevin hizo una pequeña pausa. Estaba seguro de que podría decirle a Nazz, aunque a la vez le costaba hablar de eso, era como mostrar su propia debilidad-. Me dio lástima.

Tras eso, Nazz explotó en risas, haciendo a Kevin apretar los puños con rabia; pero luego relajarse y sonreír levemente, como aceptando el motivo de sus burlas.

-Sí, sí, bueno –trató de pararla, ahora más tranquilo.

...

-¡Entonces, Doble D! ¡Es importante usar esto a nuestro favor!

-No, Eddy, no me agrada la idea.

-¡Claro que sí! ¡Ahora resulta que el rebelde de Kevin tiene un lado dulce! –Gritaba Eddy con voz empalagosa, algunos voltearon a verlo-. Y es más, ¡contigo!

-Eddy, ya basta.

-¡Claro que no! ¡Usaremos esto en nuestro beneficio! Podemos poner nuevos planes en marcha, y hacer que Kevin te persiga a ti, ¡no va a hacerte daño! ¿Tú qué dices, Ed? –Sonrió Eddy dándole a éste pequeños codazos con gesto significativo.

-¡Sí, Eddy! ¡Será divertido! –Soltó de repente él a un volumen demasiado alto comparado al de la conversación.

Eddy era un joven de estatura baja, normalmente expresión pícara y personalidad avara. Desde que eran pequeños fue el líder del grupo, siempre pensando en maneras de estafar al resto de los chicos del barrio, por lo general para comprar caramelos. Cuando eran más niños Doble D pensaba que eso sería cosa de la edad, pero conforme fueron creciendo y madurando, se dio cuenta de que Eddy casi no cambió, en lo absoluto. En realidad tampoco Ed lo hizo, y visto desde lejos, siendo que el mismo Doble D seguía ayudando con las estafas y planes que siempre salían mal, él tampoco lo había hecho del todo.

-No metas a Ed en esto, sabes que asiente a lo que sea que le digas.

-Eso no es verdad, ¿cierto, Ed?

-¡Sí, Eddy! –Volvió a gritar él, y luego soltó una de sus características risas, que siempre detonaban que de veras no había mucho que ofrecer dentro de su cerebro.

A lo lejos, se podía ver un enorme rumor de personas, en el cual Kevin estaba al centro. Doble D solo consiguió oír que todos le hacían preguntas, al unísono, y dentro de eso, apenas pudo oír algunas: