(Esto sucede el mismo día del post de Syria, solo que en la noche)
Zion
*
—¿Te molesta que venga a verte? —pregunta Syria, mirando a Zion mientras caminan fuera de la morgue. Zion la abraza de costado y le da un beso en la cien.
—Claro que no. —Zion ama verla, no puede explicar el amor que siente por ella cuando no nació de él, de su cuerpo humano actual, pero por más que la sangre no los una ahora, ella es su hija y esa clase de amor nunca se puede extinguir—. Solo quiero que tengas cuidado, que no andes sola para venir a verme. Si lo que Mikhail dice es verdad, estar a mi lado no es muy seguro.
No soportaría perder a Syria también. No sabría qué hacer con su vida. La joven ha llegado en el momento justo, cuando más la necesita, dándole fuerzas para seguir. Es su faro, su cable a tierra.
—No tienes ningún enemigo, Zion —asegura ella, ablandándose, sintiéndose querida—. ¿Quién podría serlo? Eres encantador y tienes un buen corazón. Tiene que haber otra explicación a todo esto, y la encontraremos.
Ambos se detienen en la puerta y se abrazan. Zion nota a alguien conocido cerca y se separa de su hija.
—Doctor Cadi —saluda Olivia, notando también a Zion.
Syria mira a la mujer y queda prendida de su belleza natural, incluso la envidia un poco. Es alta, delgada y bien proporcionada, con un estilo formal y a la moda de vestir. Presiente que ya la ha visto antes y entonces la recuerda, es de la policía.
—Buenas noches oficial —saluda Zion, extendiéndole la mano. Esta vez Olivia acepta el saludo—. Ella es Syria...
—Hola —interrumpe Syria, también extendiéndole la mano. Olivia sonríe y estrecha su mano.
—Olivia Ambrosio —se presenta, Syria asiente.
—Así que usted fue quien arrestó a mi padre —dice con naturalidad, Zion la codea disimuladamente—. Digo, mi tío. Sí, mi tío. Qué cabeza la mía. Es que lo quiero como a mi padre pero en realidad es mi tío. Lejano. No, no tan lejano. Sucede que...
Zion la abraza y acaricia uno de sus brazos, tratando de decirle que se calle de una vez.
—Ya está claro, preciosa —dice él. Olivia los mira raro, tratando de descifrar si la verborragia de la chica puede significar otra cosa.
—Mejor me voy, tengo que completar tareas y... esas cosas —dice sonriendo y comenzando a alejarse, hasta que algo se le cruza por la mente—. ¿Verás a Seth luego? —se golpea la frente— Mikhail, quiero decir Mikhail.
Zion quiere enterrar su cabeza en el piso como un avestruz. Su hija es tan distraída que no se ha dado cuenta que no es necesario aclarar sus palabras esta vez, es más, hubiera sido mejor que no aclarara nada.
—No lo sé —contesta nervioso.
—Oh, bueno. Si lo ves dale mis saludos —pide la joven y se marcha. Olivia se cruza de brazos.
—¿Tu sobrina conoce a Mikhail? ¿Tú conoces a Mikhail? —pregunta asombrada, podía haber jurado que su jefe no tenía ni idea de quién era Zion Cadi al presentarle el caso de Ana. ¿Pero ahora sí se conocían?
—Algo así.
Olivia suspira y se pasa una mano por el cabello, agotada de tantas incógnitas.
—Olvídalo, no quiero saber por qué o cómo —susurra, más para ella que para Zion. Él siente el agotamiento y pesar de Olivia y se acerca un poco más.
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Zion
FantasyLos dioses están sueltos en la ciudad de Olimpo, reencarnaciones de los dioses de todas las mitologías conviven día a día con los humanos y tratan de buscar su lugar en el nuevo mundo. Zion -Anubis, dios egipcio del inframundo-, busca reescribir su...