9

606 113 7
                                    

Minseok

Un amor dulce como el azúcar era algo con lo que siempre había soñado, después de tantas decepciones era mi mayor anhelo. Pero a decir verdad ya había perdido la esperanza, hasta que apareció Kim Jongdae, mi chico azúcar.

— Min, te quiero mucho — dijo dándome un beso en la frente. Mis mejillas no podían estar más rojas. 

Eran las cinco de la tarde y desde el mirador se podía ver el sol brillante ocultándose. Ambos estábamos mirándonos fijamente, luego sujeto mis manos, abrazándolas con las suyas.

— ¿Qué haces, chico azúcar? — pregunté con una sonrisa.

— Lo leí en un libro y quise intentarlo — comentó con una sonrisa nerviosa.

— Me gusta — solté aumentado la presión sobre nuestras manos. — Pero sabes, quiero que seas tú mismo y hagas lo que salga de tu corazón.

Me respondió con un abrazo y duramos así por un largo momento. Me encantaba sentirme así con él, me sentía protegido y querido.

— Tengo miedo — murmuré.

— ¿De que? — dijo asustado, mirándome y rompiendo el abrazo.

— De que te vayas de mi lado.

— Nunca me iré — me miró amablemente, con ternura. — Siempre voy a estar contigo.

— Te amo — coloqué una de mis manos en su mejilla dándole suaves caricias. Y sin pensarlo unas cuantas lágrimas bajaron por mis mejillas.

— ¿Qué sucede Min? — preguntó preocupado. Empezó a limpiar las lágrimas con el dorso de su mano.

— Nada, solo me siento muy feliz — se tranquilizó. — Estos últimos meses no han sido fáciles para mí, pero desde que apareciste en mi vida, soy muy feliz y te lo agradezco.

— Min... — dijo con la misma mirada de hace algunos minutos. Se acercó a mi y juntamos nuestros labios en un suave y dulce beso.

Sin duda Jongdae me hacía olvidarme de todo aquello que me lastimaba. Cuando me miraba ya me sentía en las nubes y quería que esto dure para siempre. Quería levantarme y verlo a mi lado, quería poder pasar todo mi tiempo a su lado, quería un futuro con él.

Ese día llegamos unos minutos antes de que cerraran las puertas del internado, subimos a la habitación dónde Yixing esperaba mirándonos como si fuera una madre conmovida.

— Chicos ustedes me van a dar diabetes — chilló emocionado dando vueltas sobre mi cama. — Son muy cursis, que hasta duele.

— Hola Yixing — saludó Jongdae sin soltar mi mano.

— Hola y adiós, si no llego en dos minutos a mi habitación me matan.

Yixing salió corriendo a su habitación, tenía razón solo faltaba un minuto para que sea hora de la revisión. Apenas se fue la maestra Kang apareció a ver nuestra habitación y asegurarse que estábamos completos.

Me fui a darme una ducha rápida y cuando volví Jongdae estaba en su cama leyendo un libro, pasé por su costado y entonces tomó mi brazo haciendo que aterrice a su lado.

Después solo recuerdo que me abrazo y caí en los brazos de morfeo inmediatamente.

Me gustaba tanto estar junto a él y sumergirme en su cálido abrazo.

☁️

Esta pareja me hace sacar la parte más cursi de mi asdfghjk ❤️😅


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 21, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sugar | ChenMin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora