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Y entonces, no podía respirar.

Desperté de golpe por la falta de oxígeno.

Sobresaltada y asustada, le pegué a lo primero que encontré en el frente. Algo que por ciento era bastante sólido y parecía vivo.

Entonces reaccione y me di cuenta que me estaban estrangulado unas manos muy conocidas por mi.

Natsu.

Pero mi golpe ni siquiera lo movió, pero en lugar de llorar, me enojé como ningún otra vez.

Bueno diría que furia salía de mi, pero lo que si salía era algo luminoso, y estaba quemando a Natsu.

Rápidamente me levanté de la cama y me recargue en la puerta.

Y ahora si el miedo invadió mis venas.

Claro, como la persona cuerda que soy grité como loca, mientras más gritaba más se retórica Natsu y eso me gustaba. Me estremeció no sólo ese pensamiento sino que me estaban agarrando las muñecas y poniendo algo pesado alrededor de ellas, y valla que dolía.

Natsu que estaba como foco de árbol navideño se apagó en un segundo, pero lo que me sujetaba en las manos estaba moviendo algo en mi interior, y pensé que me estaba perdiendo en mi misma.

Caí de rodillas y voltee sólo para ver quien carajos me estaba atando como a un animal de corral.

Porque estaba medio sorda y no me di cuenta cuando abrieron su estupenda puerta.

Y como no, Zeref la perra. 7.7

Natsu venía hacia donde estaba, pero ni siquiera me miró, eso no me importó en lo absoluto, por mi que se vuelva bisco.

Sino que le estaba sonriendo a Zeref como si estuviera a punto de hacer una travesura.

Y yo incluida.

¿Porqué era tan lenta? Bueno si, el miedo me abrumo pero no era para tanto para dejar de pensar.

¿De dónde carajos Zeref y Natsu se conocían?

El secreto de NatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora