24- Capitulo sin nombre (porque las emociones ya hablan por ellas mismas)

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Me despierto sobresaltada, las manos me tiemblan y el corazón me late muy deprisa. Estoy en un hospital, la verdad es que no recuerdo demasiado que ha ocurrido.
- ____!!!!- Grita Gwen, que está sentada a mi lado, junto a Peter y... Harry Osborn.
- ¿Gwen? ¿Qué hago aquí?
- Estas bien, mi amor?- Dice Harry, tan dulce como siempre e inclinándose para mirarme a los ojos.
- ¿Mi amor?- El me mira, incrédulo.- Tu no eres nada, maldito bastardo.
- Pe-pe-pero... Llevo aquí sentado desde que entraste en este hospital.
- Oh vaaaaale has estado aquí una noche. Lo lamento señor Osborn, ¿qué pasa que tu cuerpo de niño consentido no aguanta en un puto sillón una maldita noche?
Dice algo en voz baja y sale de la habitación, sentándose en la sala de espera.
- Se puede saber que te pasa?- Gwen está enfadada conmigo, se lo noto.- Harry lleva aquí diez días, no ha ido ni a una sola reunión y apenas ha dormido.
- Fue él el que te trajo aquí.- Dice Peter.- ____ tu... Estabas muy mal.
- ¿Qué me pasó?
- Te alcanzó un rayo mientras paseabas.
- Creíamos que te habíamos perdido.- Gwen comienza a llorar y yo le abrazo, como puedo.
Noto una pequeña descarga en el pecho, y luego otra más fuerte.
- Chicos... Me podríais dejar sola 5 minutos? Necesito tiempo para... Asimilarlo.
- Si claro.
- Peter...
- Dime.
- Cierra la ventana de dentro. Necesito privacidad.
- Claro princesa.
- Gracias.
- A ti.
Y ambos se van.
Vuelvo a notar otra descarga que me hace estremecer, necesito agua.
Intentó levantarme pero no puedo.
Miro una botella de agua que descansa sobre la mesa y me muevo, para alcanzarla, pero es inútil.
"Deseo tanto esa botella de agua... La necesito..."
Y, no sé cómo, la botella se levanta y levita hacia mi, como por arte de magia.
- DIOS NO MIERDA COMO DIOS JODER PERO QUE COJONES DIOOOOS QUE HA SIDO ESO.
- Que vocabulario linda.- Me dice un hombre que no conozco desde la puerta, por su vestimenta y por el lugar en el que me encuentro deduzco que es un médico del hospital.- Por fin has despertado, bella durmiente.
"¿Debería contarle lo que acaba de pasarme? Al fin y al cabo, él es un médico. Pero esto es demasiado extraño para explicarlo... ¿Serán imaginaciones mías? ¿Será producto de la medicación? Además, ¿y si es algo más? ¿Y si soy una mutante? JAJAJAJA No hombre... Pero podrían hacerme pruebas tipo alien y eso no me apetece en absoluto."
- ¿Estás bien? Llevas mucho rato callada.- Dijo el doctor, mientras apagaba una máquina de oxígeno que estaba junto a mí.
- ¿Llevo diez días aquí?
- Si... Sabes, tu novio se ha portado muy bien. Se ha quedado todos los días y todas las noches sentado aquí, junto a ti.- Señaló una butaca que tenía aspecto de ser muy incómoda y que estaba junto a la camilla en la que yo estaba tumbada.- Yo si fuera tu, le daría un buen beso.
- El... No es mi...- Empezaron a pasar flashbacks por mi mente, de la fiesta, de aquella noche en mi piso, de las vueltas por la ciudad, de los mensajes...- Bueno, es...
- ...Complicado.- Dijo Harry, que estaba apoyado en el marco de la puerta.- ____... ¿Puedo decirte una cosa?
- Estoy hablando con el médico.- Dije, sin mirarle.
- Yo ya me voy.- Dijo el doctor, saliendo de la habitación.
- Hijo de puta.- Susurre.
Harry se acercó y se sentó en el borde de la cama, miró al suelo y, después de hacer un juego de miradas con unos cables que había en el suelo, clavó sus ojos azules en los míos.
- He visto lo que has hecho.- Susurró
- Explícate.- Me cruce de brazos.
- Te he visto mover la botella sin tocarla.
- Entonces... ¿Es real?
- Tan real como mi amor por ti.
- ...- Fingí ignorarlo, las descargas volvieron a mi cuerpo y me estremecí.
Me fijé en la mano de Harry, tratando de no prestar demasiada atención al terrible dolor que las descargas me causaban. Su mano temblaba con más fuerza que nunca, su muñeca estaba llena de cortes, igual que la mía y su piel estaba tan pálida que se le notaban las venas.
Olvide todo, mi corazón supero al dolor y agarre su mano, cruzando mis dedos con los suyos.
- ¿No te doy miedo?- Le pregunté, con pavor en la mirada.
- No.- Estaba ausente.
Moví otra vez la botella de agua y esta se cayó sobre el regazo de Harry.
- ¿Esto es normal?
- Hace tiempo que la normalidad no existe en mi vida. Y no sabes cuando me alegro de que hallas vuelto a ella...
- Esto es una locura.
- La locura de una persona puede ser la normalidad de otra.- Dijo, dedicándome una sonrisa torcida.
- Necesito irme. No puedo aguantar más encerrada aquí.
- Pues vamonos.- Su voz sonaba firme, más firme que nunca.
Me levante de la cama dando tumbos y seguí a Harry. Me fijé en la parte de atrás de su pantalón y vi una pistola.
- ¿Harry?
- Dime.
- ¿Cómo vamos a salir de aquí?
- Tengo mis tácticas.
- ¿Vas a hacerle daño a alguien?
- ¿Quieres salir de aquí?
- Claro pero...
- Entonces no hagas preguntas.
- Pero...
- Nada de preguntas. Vamonos.
Camine tras el por el hospital, intentando no cruzar mi miedosa mirada con la de Peter y Gwen, que nos observaban, sorprendidos.

Multimedia: Jesus of suburbia, de la genial banda y mis grandes ídolos... GREEN DAY
Son fabulosos pls *inserta luna negra*
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