Misery

22- Oscuridad

"Hola oscuridad, mi vieja amiga, te extrañaba..."
Supongo que todos tenemos problemas, unos más graves que otros y hay veces que nos atrevemos a enseñarlos o no.
De cualquier manera ella era mi problema, Jackie era mi problema.
Jackie aparecía cuando le venía en gana, hacía de las suyas y luego desaparecía sin explicación alguna.
Jackie me obligaba a hacer cosas que yo no quería, si no fuera por ella habría tenido una infancia feliz...
- ¿Cuándo fue la última vez que nos encontramos?- Dice, sentándose en la acera.
- Cuando mamá murió...
- ¡Ah si! Jajaj lo pasamos muy muy bien aquella semana.
Le muestro mi antebrazo, lleno de cortes.
- ¿Tú crees?
Se pone de pie y sonríe con suficiencia.
- Son mis tarjetas de visita.
Una lagrima resbala por mi rostro.
Nos quedamos en silencio un rato, y en ese tiempo empieza a llover con fuerza.
"Adoro los días lluviosos, este tiempo va tan a juego con mi estado de ánimo"
Me empiezo a mojar el pelo, quiero irme pero la oscuridad de los ojos de Jackie me retiene.
- Quiero irme.- Digo, sin pensarlo.
Sonríe maléficamente.
- Tu no te vas a ninguna parte.
- Si, Jackie, no soy tu títere... Ya no...
- QUE NO TE VAS
- DÉJAME EN PAZ.- Digo, entre llantos y salgo corriendo.
Algunas personas me miran, incrédulas, incluso oigo a un niño pequeño decirle a su madre "¿por qué habla sola?"
"Amigos imaginarios, querido, es solo imaginación. Claro que la imaginación puede traspasar barreras y convertirse en realidad..."