Capítulo 13.

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Hugo se levanta sobresaltado de su cama. Sudando. Ha tenido un sueño, donde Gin se enteraba de que le había sido infiel con Babi. La verdad es que más que un sueño era la realidad. Decide llamar a la única que le puede ayudar.

-¿Katina?

-¿Qué te pasa ya, mítico? –Dice Katina.

-¿Podemos hablar?

-Cuando quieras, sabes donde vivo.

Hugo cuelga y decide coger la moto y acercarse a casa de Katina.

-Hola Katina. Te he traído estos bombones.

-Vaya, parece que lo que me vas a decir me va a dejar boquiabierta ¿no?

-Más o menos.

-Cuéntame.

-Siéntate. Hace un tiempo, vi a Babi, quedamos para hablar, los dos sentíamos que nos quedaban muchas cosas por decirnos. Ella me dijo que se había separado de Roberto, porque no quería seguir viviendo una mentira y yo le dije que estaba con Gin y demás. Y yo la sigo queriendo, no me la he podido quitar de en medio en estos 20 años y hace unas semanas, pasamos la noche juntos y nos acostamos. Fue especial, no sentía que tenía 40 años, si no 22, que las cosas entre nosotros no habían cambiado. Que yo seguía siendo el que iba a las carreras de motos y ella la que me pedía por favor que tuviese cuidado. Y no, cuando me levanto me veo al lado de Gin, que no se merece lo que le estoy haciendo y no sé qué hacer. Muchas veces pienso en decirle a Babi que basta, pero me estaría engañando, pero no puedo decirle a Gin que se acabó, ¿qué pensará Hugo? ¿Qué hago Katina?

-Guau, me has dejado sin palabras Hugo. Si te soy sincera, ninguno de los tres os merecéis que estéis pasando por eso, pero sois muy mayores, para ir andando con líos que ni nuestros hijos lo hacen. Claro que Gin no se lo merece, claro que no. Pero tienes que pensar en ti. Porque si no quieres a Gin y estas con ella, de esa forma también le estás haciendo daño. Y Hugo, ya es un hombre, claro que si decidís dejarlo no le va a parecer bien, pero se tiene que acostumbrar, porque tiene que mirar por vosotros dos. Solamente la solución la tenéis vosotros.

-¿Pero y si me equivoco? ¿Y si elijo a Gin y sigo pensando en ella? ¿Y si me voy con Babi y pierdo a mi hijo?

-Hache, no digas tonterías. ¿Tú quieres a Babi? Si no la quisieses, no estarías hablando de esto conmigo. Lo mejor es que le cuentes toda la verdad a Gin. Quizás te entiende y lo deja pasar. Pero si se lo cuentas, ten claro para que se lo cuentas. No se lo digas para seguir haciendo lo mismo.

-Está bien. Hoy mismo se lo contaré. No puedo estar ocultándoselo por más tiempo.

Hugo se marcha de la casa de Katina con dirección a su casa. Desde lo sucedido aquella noche en el hotel, los encuentros de Hache y Babi, han sido incesantes. Llegando incluso a marcharse de viaje. ¿Acaso no necesitaba Hache más pruebas?

-Hola cariño. –Dice Hugo cabizbajo.

-Hola amor. ¿Qué te ocurre? –Dice Gin acercándose a él.

-Tenemos que hablar de algo muy importante. -¿Nuestro hijo se encuentra en casa?

-No, ha salido con unos amigos. ¿Por qué, qué está pasando? Me estás asustando.

-Gin, yo te quiero y mucho, siempre te he querido, pero sabes que siempre ha estado la sombra de Babi de una forma o de otra. La noche en la que ese miserable te hizo daño, yo no estaba porque había quedado con Babi y las cosas llegaron a más, hasta el punto de que lo hicimos en la playa. Me sentí fatal, pero ella me dijo que se iba a casar y después de eso, las cosas cambiaron, tú y yo empezamos a ser felices. Y creí haberla olvidado. Hasta que leí en el periódico que estaba en la ciudad y la volví a ver. Pero sólo para decirle que esto no podía ser, que yo te amaba y que ella había acabado para siempre. Pero no le podía engañar a mi corazón. No sé por qué la sigo amando Gin. No quiero hacerte daño, de verdad, me duele muchísimo.

Gin se queda callada sin saber que decirle al padre de su hijo, con el que ha compartido más de 20 años de su vida.

-¿Me estás diciendo que a pesar de estar conmigo 20 años y que ella te dejara por otro, la sigues queriendo?

-Sí y no sabes lo que me duele. No quiero hacerte daño.

-Venga, Hugo. Es que acaso ella te obligaba, ¿no?

-No, sé que la culpa la tengo yo. Sólo quería que me perdonaras. Entiendo que no quieras hacerlo, pero necesitaba decírtelo.

-Será mejor que te vayas. No quiero volver a verte. Me da igual donde vayas, si quieres puedes irte otra vez con Babi de una vez.

-No puede acabar así.

-Esto lo has decidido tú Hugo no yo. Yo no fui la que estuvo en aquel hotel revolcándose con ella. Fuiste tú. Pudiste parar, esa y todas las que han venido después y no has querido, así que no creo que te importe mucho esto.

Cuando Hugo se levanta, aparece por la puerta Hugo. Consternado, pregunta que pasa.

-Dile a tu padre adiós, es la última vez que lo vas a ver en esta casa.

Dichas estás palabras, Hugopadre cogió todas sus cosas y no le quedó más remedio que instalarse en suantigua casa. Su padre ya no vivía allí, se había mudado con una mujer quehabía conocido unos cuantos años después de la muerte de su mujer. Hugo sabíaque lo más difícil, venía ahora. 


Cuando Me Necesites.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora