Malik, Malik, Malik.

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Adela Brinley.

Un nuevo día empezaba, pero por desgracia no bueno.

Había estado ignorando al maldito Malik toda la semana y ya comenzaba a cansarme el hecho de tener que correr o esconderme cuando me buscaba.

Por otra parte en el grupo las cosas estaban tensas y ya me estaban entrando ganas de golpearlos a todos por niñitas sensibles y enamoradas, tanto a las chicas como a los chicos.

Hace unos días habíamos hecho una reunión para hablar sobre la recaudación de dinero y fue imposible ponernos de acuerdo en algo, así que propuse que repitiéramos la reunión hoy después de clases.

En la mañana por primera vez en mi vida me levanté de las primeras, me bañé y salí del cuarto sin despertar a las chicas, fui directo al comedor para no encontrarme con nadie ya que era temprano.

Me acerqué a saludar a Carmen una de las ayudantes de cocina, la cual al verme se puso feliz y me entrego un pan de más, porque me ama. ¿Quién no podría amarme?

Saqué un jugo de naranja y me se senté en una silla poniendo los pies en la mesa y suspiré, todo era tranquilo en las mañanas...

– MI CARMEN HERMOSA ESPERO QUE TENGAS EL DESAYUNO DE TU CHICO FAVORITO LISTO – alguien, a quien conocía bastante, entró en la cocina arruinando completamente mi ambiente de paz.

Mi corazón empezó a bombear mucha sangre y entré en desesperación total, no hay escapatoria en este lugar.

– ¡Mi niño! aquí tienes tu desayuno, simpre listo – le sonrió y sentí su mirada pero trate de esconderme aunque fuera inútil.

– Gracias Carmen – recibió sus cosas y comenzó a caminar hacía mí.

Sutilmente comencé a levantarme de la silla y caminé para salir sin mirarlo todavía.

– Adela... – sonó casi como un susurro, se escuchaba cansado, algo pasó en mi corazón y se apretó un poco.

– ¿Qué? – respondí sin flaquear tragándome todo aquello que este estúpido ser humano me hacía sentir.

– ¿Podemos hablar? – escuché que dejó las cosas en la mesa y comenzó a acercarse a mí.

¿Qué era eso? ¿Malik preguntando si puede hacer algo? ¿Desde cuándo? Y aún más increíble, Malik preguntándome a mi si podía hacer algo.

– No, no podemos – tragué fuerte y comencé a caminar hasta la puerta. Como había pensado me agarró del brazo.

– Te estoy hablando en serio Adela – esta vez sonó más duro así que asentí.

– Bien, acompáñame – me solté de su agarre y comencé a caminar hacia el invernadero.

– Jenn me contó algo sobre Val... –
Esa era la voz de Harry pero no le tomé mucha atención ya que iba concentrada en las separaciones de las baldosas.

Creo que ha sido lo más incómodo de mi vida. Cuando llegamos me aseguré de que no hubiera nadie en el lugar y caminamos hasta el final de este.

– Bien, te escucho – me cruce de brazos y mantuve mi mirada fija en las plantas tras el.

– ¿Por qué me has ignorado todos estos días? – me preguntó cabizbajo, no dejaba de sorprenderme.

Entré en pánico, ¿qué le podría contestar?

– No me gusto – lo solté, sin rodeos.

Al parecer Zayn lo comprendió al instante ya que su piel se tornó roja y su semblante se puso serio.

El último añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora