_ Crees que es mi culpa entonces? – preguntó Ivette sin dejar que Johnny contestara – Crees que soy mala influencia para Lily Rose? – preguntó ella.
_ No quise decir eso – dijo Johnny tratando de calmar la situación.
_ Pero lo diste a entender – replicó Ivette.
_ Pero no lo dije – dijo Johnny.
_ Bueno, bueno niños – dijo Lily Rose riendo – Hagamos como que esto no sucedió bien? – dijo ella con carita de pena acercándose a Johnny.
_ Ok. – dije él sonriendo – Pero no desobedezcan – hizo una pausa mientras volteaba a ver a Ivette – Estas bajo mi responsabilidad Ivette, tu padre confía en eso – dijo Johnny con tal dulzura en la voz que pareciera que un coro de ángeles fuese el dueño de aquellas palabras. Ivette siquiera emitió palabra alguna, solo asintió mientras observaba como Johnny se iba de la habitación.
_ Hey! – gritó Lily Rose tirándole un almohadazo en la cabeza a Ivette – Despierta! – dijo enérgicamente ella.
_ Qué pasa? Solo estoy observando el tallado de la puerta – dijo Ivette algo nerviosa.
_ Sí, sí claro. Pero el tallado está en la puerta, no en mi padre – dijo Lily Rose riendo a la vez que se acercaba para apoyarse en Ivette – Aunque, entre tú y Sabrina, me quedo contigo – agregó ella mientras hacía un gesto que denotaba meditación.
_ Niña – dijo Ivette – Es por el clima o normalmente dices muchas idioteces a la vez? – preguntó en tono serio, inmediatamente Lily Rose reaccionó con un almohadazo. Olvidando que la única razón por la que Ivette se quedaría a dormir en el cuarto de Lily Rose sería que Sabrina pasara la noche en casa, transcurrieron la noche juntas, en realidad a penas pudieron dormir pues tenían que empezar a conocerse una vez mas, no eran las mismas niñas que compartieron la infancia, ahora, en ya unas mujeres, como la misma Sabrina le había dicho a Johnny horas antes.
A la mañana siguiente Lily Rose salió como de costumbre a clases, sin hacer ruido alguno para evitar despertar a Ivette. Jack, el hermano de Lily Rose apenas llegó a casa y salió nuevamente a clases. Luisa subió para despertar a Ivette así la acompañaba a realizar las compras de la semana, aprovechando el momento para que ella conociera los alrededores pero, se topó con que Ivette estaba con algo de fiebre, al parecer el cambio de clima le había afectado ligeramente. No le quedo mas que ir ella sola de compras, no sin antes contarle a Johnny lo de la fiebre de Ivette que no era la gran cosa pero para Luisa era todo un escándalo...
_ Se puede pasar? – preguntó Johnny a la vez que empujaba la puerta con su espalda mientras Ivette salía del baño, a penas se había despertado.
_ Qué es eso? – preguntó Ivette sonriendo al ver una charola con el desayuno recién hecho.
_ Bueno, me comunicaron que había una enferma en esta casa pero al parecer me equivoqué de habitación – dijo él sonriendo mientras dejaba la charola sobre la mesa que estaba al lado de la ventana – Cómo te sientes? – le preguntó Johnny colocando su tibia mano sobre la frente de Ivette para así poder confirmar lo de la fiebre.
_ Ahora bien – contestó ella refiriéndose al contacto con la piel de Johnny.
_ Bien – dijo él sonriendo dulcemente – Sería bueno que desayunes todo porque me costó – hizo una pausa para respirar mientras observaba la charola – Demasiado trabajo – dijo haciendo énfasis a la vez que sonreía – Luego lo mejor será que te vayas a descansar hasta que te baje esa fiebre – agregó antes de dar un par de pasos dirigiéndose a la puerta.
_ Bromeas cierto? – preguntó Ivette haciendo que Johnny parara de caminar – Entendí hasta desayunar todo pero...descansar? – preguntó ella con algo ironía en el tono de su voz – Es Francia...necesito salir! Además, cuando estoy enferma, al descansar solo consigo deprimirme mas – dijo ella sonriendo. Y en realidad, era cierto, para Ivette no había nada mas aburrido que permanecer en un solo sitio pero, a Johnny no le agradaba del todo la idea.