Y en realidad, era cierto, para Ivette no había nada mas aburrido que permanecer en un solo sitio pero, a Johnny no le agradaba del todo la idea.
_ Y qué sugieres? – preguntó él frunciendo el ceño. El sabía lo que pasaba por la mente de aquella muchachita pero solo esperaba a que ella se lo dijese.
_ Dado a que tú conoces el lugar, a que tú tienes carro, a que suelo cambiarme rápido – decía Ivette.
_ Quieres que te lleve a conocer cierto? – preguntó él mirando fijamente a Ivette.
_ Sí – contestó ella con ilusión hasta que recordó que el señor tenía una novia algo posesiva, pero solo un poco – Podemos ir con Sabrina, así no hay malos entendidos – agregó Ivette.
_ No tiene porque haberlos – dijo Johnny – Desayuna, cámbiate, te espero abajo en veinte minutos – fue lo último que dijo Johnny al salir de la habitación. Ivette desayunó y se cambió lo más rápido que pudo, en realidad, terminó de hacer ambas cosas antes de los veinte minutos señalados por Johnny, un reto para toda mujer. Al bajar las escaleras sigilosamente se encontró con Johnny que estaba fumando frente a la ventana, dándole un toque de sensualidad al momento...
_ Creo que ese cigarro no te hará muy bien – dijo Ivette acercándose a él.
_ Bueno me hizo bien durante todo este tiempo – contestó él sonriendo, fumando nuevamente, como provocando a Ivette.
_ Bueno pero durante todo este tiempo, no estuve aquí – dijo ella acercándose a Johnny para quitarle el cigarrillo de los labios.
_ Cuando naciste, yo ya llevaba algo de quince años fumando – dijo él.
_ Bueno, es momento de dejar las cosas. Tomando en cuenta que a los 8 años no estaba a tu altura, ahora sí – dijo Ivette quitándole el cigarrillo de los labios en un rápido movimiento, dejando perplejo a Johnny que a penas se recuperaba del robo de su cigarro y ahora veía como se apagaba entre el piso y los zapatos de Ivette.
_ Empezamos mal el día Señorita – dijo Johnny mirando fijamente a Ivette.
_ Puede mejorar señor – dijo Ivette guiñando un ojo antes de colocarse su casaca pues afuera hacia frío. Ambos subieron al auto y salieron rumbo a quien sabe donde, era tan amena la conversación de ambos que de pronto se olvidaron que el objetivo de salir de casa era conocer los alrededores. Johnny simplemente colocó sus manos sobre el timón del auto y por inercia doblaba en cada esquina que encontraba hasta que el momento se rompió, el celular de Johnny empezó a vibrar como cada mañana a la misma hora...
_ Qué tal Sabrina? – preguntó Johnny luego de haber colocado el celular en altavoz.
_ Quedamos en vernos hoy, estoy tocando la puerta de tu casa hace media hora – dijo ella furiosa.
_ Hola Sabrina! – dijo con gran emoción Ivette, Johnny sonrió sin notar la doble intención en el saludo de ella.
_ Dónde rayos estas y con quién? – preguntó la novia de Johnny levantando el tono de voz.
_ Cálmate sí? – le recalcó Johnny mirando de reojo a Ivette que había quedado estupefacta al escuchar la forma en que la mujer esa le hablaba a Johnny – Estoy con la amiga de Lily Rose – dijo Johnny.
_ Ah ... tienes 10 minutos para estar aquí Johnny, 10 minutos – dijo ella y luego colgó sin esperar a que Johnny si quiera le contestara.
_ Por qué dejas que te trate de esa manera? – le preguntó Ivette a Johnny pero él tan solo permaneció con la mirada fija en el frente – Que lástima que no te sepa valorar – agregó Ivette. Y así porque sí, una simple llamada rompió aquella salida sin importancia pero que sin querer empezaba a marcar algo que quizás con el tiempo llegara a terminar descubriéndose.
_ Hasta que te dignas a llegar – dijo Sabrina acercándose al auto ni bien Johnny lo estacionó. Ivette bajó de él, miró de mala manera a la novia de Johnny a la vez que se paraba en la puerta del frente de la casa.