Ella pasó a vivir con su madre, quien consiguió un nuevo compromiso nada apetecible ante la vista de Ivette.
_ Esta debe ser Lily Rose – dijo Julián observando a la hija de Johnny – Está hermosa – agregó sonriendo.
_ Y bueno Julián, para qué has venido? Todos estamos intrigados – preguntaba Sabrina con la esperanza de que la respuesta de este fuera que se llevaría a Ivette con él.
_ En realidad, quisiera platicar eso con Ivette y Johnny – contestó Julián.
_ Claro – dijo Johnny inmediatamente – Por aquí – agregó él abriendo la puerta de su biblioteca para luego cerrarlas, dejando a Sabrina junto a Lily Rose con una gran signo de interrogación en la cabeza – Deseas algo Julián? Un trago? – preguntó Johnny tratando de ser un buen anfitrión.
_ No, no te preocupes – negó el padre de Ivette a la vez que observaba las fotografías en la habitación – Mi avión sale en un par de horas así que prefiero hablar de una vez – agregó Julián sonriendo mientras Ivette, que estaba sentada en el sofá frente a la ventana, observaba fastidiada.
_ Toma asiento – le dijo Johnny a Julián pues este permanecía aún en pie – Y dime, qué es lo que sucede? – preguntó Johnny – Nos tienes algo intrigados – agregó Johnny mirando de reojo a Ivette que no le quitaba la vista de encima a Julián.
_ Bien, seré directo – dijo Julián acomodándose en el sofá – Tu madre – empezó a dirigirse a Ivette – Se casará en una o dos semanas, no sé si estabas enterada – hizo una pausa esperando a que Ivette contestara pero ella permanecía inmóvil frente a él – Bueno – retomó Julián – Nunca te has llevado bien con Italo – era así como se llamaba el nuevo compromiso de la madre de Ivette – Y como ambos comprenderán, no tengo tiempo para ocuparme de ti – decía Julián – Querida Hija – agregó esto para que no sonara tan feo lo que acababa de decir aunque no le resultó.
_ Eso no es novedad – interrumpió Ivette con ironía.
_ Nadie mejor que mi buen amigo Johnny para que te cuide – retomó Julián siendo interrumpido una vez mas.
_ Qué tratas de decir? – preguntó Johnny confundido.
_ Ivette siempre quiso vivir en Francia – argumentaba el padre de Ivette mientras ella lo miraba incrédula, no podía creer como era tan fácil para sus padres deshacerse de ella – Le pondré un departamento cerca, solo te pido que la cuides – dijo el padre de Ivette en tono de súplica. Johnny estaba por dar su respuesta ante la petición pero una vez mas, Ivette interrumpió la conversación.
_ Déjame ver si entendí – empezó a hablar Ivette – Vienes después de tres meses, siquiera te preocupas en preguntar como estuve todo este tiempo, solo vienes con el objetivo de dejarme en algún lugar como si fuera un paquete – dijo Ivette tratando de ocultar su furia.
_ No, las cosas no son así. Ya te epliqué que no tengo tiempo, tu madre tampoco y me parece que ya estas en edad de...-decía el padre de Ivette.
_ Bueno, hagan lo que quieran, igual ya lo decidieron – dijo Ivette parándose de golpe – Solo te digo que si me dejan aquí, no se preocupen en regresar a buscarme aunque, dudo si quiera lo piensen, ya hicieron cada uno su nuevo vida – decía Ivette refiriéndose a sus padres – Con permiso Johnny – fue lo último que dijo ella antes de salir.
_ Ivette! Ivette – decía el padre de Ivette con la esperanza que regresara hasta que sintió la mano de Johnny en su hombro.
_ No te preocupes, tiene que asimilar la situación – dijo Johnny tratando de calmar el momento – Y eso de alquilar un departamento, siquiera lo pienses, ella estará bien con nosotros – agregó Johnny antes de salir a ver hacia donde se dirigía Ivette, lo único que pudo divisar de ella fue que subía en el auto del muchacho que vivía en la casa del frente, Víctor.