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*Ambientado en Death Cure, cuando intentan escapar de CRUEL que se está cayendo a pedazos*

Un estruendo rasgó el aire de manera estridente obligando a Thomas a mirar hacia atrás. Cuando levantó los ojos, divisó un sector inmenso del techo que se había desprendido. Hipnotizado, observó cómo se le caía encima. Apenas perceptible entre la polvareda, la imagen de Teresa surgió en el límite de su campo visual. Su cuerpo golpeó contra el suyo, Thomas tiró del brazo de Teresa por acto reflejo, haciendo que ambos cayeran a un par de metros de la sala de mantenimiento. Con la mente en blanco, Thomas intentó levantarse ayudando a Teresa, justo en el momento en que un enorme pedazo de edificio aterrizaba a solo centímetros de los pies de ella.

-¡No puedo! –Le gritó Teresa por encima de las explosiones, señalando su pie que estaba en una anormal posición – ¡Vete!

-¡No!

Thomas intentó levantarla entre sus brazos, no podía abandonarla, menos ahora que había salvado su vida. Los músculos de sus brazos ardían, debido al cansancio y al ahora peso de Teresa, volvió a escuchar como Teresa le pedía que la dejara y se salvara, pero él negó con la cabeza y dio un par de pasos tambaleándose. Minho apareció para ayudarlo y entre los dos pudieron a cargar a Teresa fácilmente. El fuego había empezado a arder en el lugar; las nubes de humo se agitaban en medio del polvo denso. Thomas tosió, pero solo escuchó un sonido un rugido atronador en los oídos.

Otro estruendo sacudió el aire. Sin detener la marcha, Thomas, giró la cabeza y vio la pared trasera del depósito volando en pedazos y las llamas filtrándose a través de los espacios abiertos, Cuando los soportes desaparecieron, los restos del techo comenzaron a desmoronarse. De una vez por todas, el edificio completo se estaba viniendo abajo.

Llegaron a la puerta que daba a la sala de mantenimiento y entraron justo en el momento en que Gally desaparecía a través de la Trans-Plana.

Todos los demás ya se habían ido. Thomas y Minho caminaron dando tumbos entre las mesas. Unos segundos más y estarían muertos. A sus espaldas, el estrépito de cosas que chocaban y se desmoronaban, los crujidos y las resquebrajaduras, los chirridos de metal y el rumor apagado de las llamas, todos esos ruidos llegaron a niveles intolerables. Thomas sabía que todo se estaba viniendo abajo y se negó a mirar. Sentía como si sucediera muy cerca de él y le respirara en su propio cuello. Empujó a Minho a través de la Trans-Plana. El mundo se derrumbaba alrededor de Thomas y de Teresa.

Juntos, Thomas cargando a Teresa, atravesaron la pared gris y helada.

Thomas apenas podía respirar. Depositó en el suelo a Teresa y puso sus manos en sus rodillas. Tosía y escupía saliva. Su corazón latía a ritmo acelerado y se negaba a calmarse, se sentó en el piso de madera y gateó hasta Teresa, quería alejarla de la Trans-Plana en caso de que algún resto peligroso llegara volando a través de ella. La tomó por la cintura y la arrastró un par de metros, Teresa soltó un quejido y cerró los ojos con fuerza. Por el rabillo del ojo, distinguió a Brenda. Ella oprimió unos botones en un panel de control y la superficie gris se evaporó instantáneamente. En su lugar aparecieron las tablas de cedro de la pared de la cabaña que se encontraba detrás. ¿Cómo supo que tenía que hacer eso?, se preguntó Thomas.

-Váyanse afuera –Dijo con una urgencia en la voz que Thomas no alcanzó a entender. ¿Acaso no estaban a salvo? –Tengo que hacer algo más

Minho se había puesto de pie y se acercó a Thomas para ayudarlo con Teresa.

-Mi cerebro miertero no puede pensar un segundo más. Que haga lo que quiera. Vámonos

-Buena esa –Repuso Thomas. Mientras intentaban recuperar la respiración, los dos se miraron un rato como reviviendo en esos breves segundos aquello que les había sucedido: la muerte, el dolor. Pero también había una sensación de alivio de tal vez, solo tal vez, todo hubiera concluido.

20 maneras de reconciliarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora