4. Excusas

37 3 9
                                    

— Debiste decírnoslo.

Liz estaba haciendo todo un drama y Sarah me miraba un tanto confundida pues no sabía ni la mitad de lo que había sucedido desde aquella solicitud de amistad.

— Sí, Mila. ¿Acaso no confías en nosotras? —Dijo Sarah.

— No, chicas. No es eso. Simplemente no creí que fuera así de importante. —Mentí un poco—.

— ¿No te parece importante que el chico que más te gusta al fin te conoce? —Preguntó Liz.

— Pues sí, pero no pasó nada —Dije— Me saludó, eso es todo.

— ¡Cómo sea!

Liz se adelantó unos pasos de donde caminábamos, Sarah me tomó del brazo como normalmente lo hace y me habló en voz baja.

— Mila, yo sí te entiendo. No le des tanta importancia al drama de Liz... quién sabe, tal vez solo está celosa.

Pero en ese entonces no creí que tuviera una razón para estarlo. Después de todo, y aunque duela, ese saludo tal vez no haya significado nada, aunque para mí lo fue todo.

Me parecía lindo pensar que ese fue el inicio de una bonita historia. Aún sentía maripositas de las lindas cada vez que lo veía y me dedicaba una sonrisa a modo de saludo, pero para ser sincera yo quería más, quería conocerlo, hablar con él y no solo por internet, el problema era que no sabía si él quería lo mismo. Concluí que necesitaba una excusa para hablar con él sin parecer una completa boba... no la encontré.

Número desconocido: Aléjate de Jared.

Visto a las 6:30

Número desconocido: No conoces a Jared. Todo lo que piensas sobre él y lo que probablemente te dirá, es mentira. A él le gusta alguien más, solo está jugando contigo. Ni lo intentes.

Visto a las 6:45

Justo antes de irme a clases llegó un mensaje muy extraño a mi móvil. Me alarmé un poco, ¿quién es esta persona y cómo consiguió mi número? Y ¿por qué me decía estas cosas sobre Jared? Me sentí rara, pero de alguna manera había encontrado la excusa perfecta. Guardé el móvil, pues había olvidado cargarlo y la batería debía durarme al menos hasta hablar con él.

Pasadas las primeras dos horas de clase me apresuré a salir del salón, pues Jared siempre llega alrededor de las 9:00 am. Lo vi subiendo por las escaleras y caminé directo hacia él.

— Mila ¿Qué hay? —Dijo esbozando una de esas sonrisas que me encantan—.

— Hola —Saludé tímidamente—.

— ¿Ya terminaste tus clases?

— Sí... No. Es decir, tengo que decirte algo —Está bien, estaba pareciendo una completa boba mientras él me miraba sonriendo dulcemente. Esto no pudo ser más vergonzoso—. Mira.

Le mostré los mensajes que habían llegado a mi móvil por la mañana, él tomó el celular y leía, yo noté como su sonrisa se desvanecía poco a poco. Sacó su móvil del bolsillo y empezó a buscar algo, imagino que buscaba alguna coincidencia entre el número desconocido y alguno de sus contactos.

— Mila. Sólo... No creerás que lo que te mandaron es cierto ¿verdad?

— ¿Debería creerlo?

— ¡No!

Miró al piso y agitó su cabello, se veía lindo haciendo eso, tomó un fuerte respiro y fijó sus ojos en mí.

— ¿Sabes quién es? —Pregunté.

CRUSH. El chico lindo del salón de junto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora