Prouds |h.s|

Lunes uno.

Lunes uno.

El molesto y familiar ruido de la bocina del auto de Harry sonaba afuera de mi casa. Entre las sabanas, mire la hora 08:34, ¡mierda! Me había quedado dormida, otra vez.

Di un salto fuera de la cama, mientras buscaba mis cosas en el suelo. No me preocupe por que Harry pudiera irse, el siempre me esperaba aunque eso requerierá que el también se atrasara, tenía el mejor amigo de toda la historia.

Mi quite mi pijama rápidamente, me coloque mi ropa interior limpia y entre en unos jeans negros y algo rasgados en la parte de las rodillas, tome la primera blusa que encontré, creo que nunca en mi vida me había vestido tan rápido.

Recogí mi bolso, mis zapatillas negras, y un trabajo que debía entregar la clase pasada, y salí corriendo escaleras abajo, saltando de dos en dos los escalones.

—¡Adiós mamá! —Grité lo suficientemente alto como para despertarla—.

Tome las llaves del estante y salí corriendo hacia el auto de Harry, entre a este tan rápido como podía y procuré cerrar despacio la puerta del auto, Harry odiaba que la cerrará de un tirón.

—hola —besé rápidamente su mejilla—.

—hola —desvío la atención del camino un segundo para darme una linda sonrisa—no puedo creer que te hayas quedado dormida otra vez Madie —Soltó, en casi forma de regaño—.

—Ni yo lo creo —Solté entre risas—.

Me coloque mis zapatillas negras una vez que ya tenía abrochado el cinturón de seguridad.

—¿has comido algo? —Pregunto. Para luego mirarme unos segundos y reírse—Tienes la camisa al revés..

—Harry, salí corriendo de casa no tuve tiempo de mirarme al espejo, mucho menos de comer —desabroche el cinturón de seguridad y le di la espalda a Harry— Ni se te ocurra mirar —Advertí—.

—Saltemos calculo y vamos por algo de comer, ¿quieres? —Preguntó—.

—Claro, seria estupendo —Pude responder una vez que había dado vuelta al lado correcto mi camisa—.

—Ah y Madie...,lindo brasier infantil —Comenzó a reír fuertemente, mis mejillas adoptaron un color rojo—.

Golpeé su hombro molesta, se supone que no debía mirar. Levante mi camisa un poco para ver que brasier traía hoy. Había cogido el brasier mas infantil que pueda tener en toda mi ropa interior. «¿conejos, en serio Madison?» gritaba dentro de mi cabeza.

—No es infantil. Son conejitos, idiota —Golpeé otra vez su hombro—.

—Sueles ser tan adorable..,a veces. Pero golpeas realmente fuerte Madison —Acaricio su hombro—.

—Te lo merecerías, y..¿me llamaste Madison? —Alcé una de mis cejas, el siempre solía decirme Madie, era extraño cuando me llamaba por mi nombre—.

Ignoro mi pregunta y permaneció conduciendo. Busque entre mi bolso, algunos de mis maquillaje, parecía un maldito muerto con la piel tan pálida, con ojeras, y los labios sin color.

—No, no te maquilles. Te ves bonita así, no necesitas eso —Me lanzo una mirada sería, rodeé los ojos sin hacerle demasiado caso a su petición, y aplique al menos un poco de máscara de pestañas y mordisqueé un poco mis labios para que estos se llenaran de color—.

Harry comenzó a tararear una canción que sonaba en la radio, era una canción bastante antigua de hecho, no sabia su nombre pero me recordaba el verano en el cual Harry y yo teníamos trece y pasaron demasiados cosas vergonzosas. Demasiadas para un solo verano.