Viernes doce

131 16 5
                                    

Viernes doce.

Los fuertes y escandalosos gritos de mi madre, me hicieron despertar más temprano de lo que acostumbraba, y aún más extraño era que ella me estuviera despertando, normalmente cuando salía de casa ella aún estaba durmiendo; y no la culpaba siempre hacia turno de noche en el hospital.

—¡Ya me desperté! —Grite, provocando que sus gritos cesarán—.

Con pesadez me levante, dejando las suaves y calientes mantas de mi cama a un lado, exponiendo mi cuerpo al frío matutino de Londres, seleccione un par de jeans negros, una polera al azar, una chaqueta y unas botas, y la lance a mi cama, entre a la ducha la cual fue breve, o me atrasaría, sali y me vestí con lo que deje en mi cama.

Peine mi cabello, sin darle mayor importancia; lo dejaría secar de forma natural, ya que no tenía muchos problemas con el, era lacio y con algunas ondulaciones, que apenas se notaban.

Tome mi bolso del suelo, guarde un par de cuadernos, un informe y un chaleco por si; mi cuerpo sufría alguna crisis de frío como normalmente me ocurría. Baje las escaleras, y no fue hasta que llegue a la cocina, cuando recién logre percibir que estaba Eric, su madre y la mía, desayunando.

—Hola, buenos días —Salude de forma general a todos—.

—Siéntate y come algo Madison —Mi madre apuntó de forma demandante una de las sillas al lado de Eric, y sabía perfectamente que no me libraría de ella tan fácilmente—.

Me senté en silencio a su lado, tome una tostada y le di un mordisco.

—Hoy Eric inicia en tu instituto, decidimos que iniciaría el viernes para conocerlos, y ver cómo son sus maestros, pero oficialmente inicia el lunes —Explicó mi tía Lauren—¡Ah!, Madison casi lo olvidaba, Eric tiene tu mismo horario, ya que así lo solicite ¿no te molesta cierto? —Me pregunta con una sonrisa amplia—.

—No claro que no —Me encogí de hombros, restándole importancia—.

—Así podrán irse juntos en las mañanas, y en las tardes, aunque debes cuidar que Eric no exceda los límites de velocidad —Eric bufo, y parecía listo para reclamar pero ella solo le hizo una seña con la ojos, y el se limitó a beber de su jugo—.

—Eso es genial —Murmuré, con fingido entusiasmo—Deberíamos estar yéndonos —Finjo ver la hora en mi teléfono, y Eric asiente en respuesta—.

Ambos nos levantamos al unísono, tomo mi mochila del suelo, y la cuelgo en mi hombro.

—Adiós —Murmuró Eric hacia ambas una vez que salimos de la cocina—.

Salimos de la casa al fin, y visualice el auto negro de Eric, era casi ultimo modelo, por no llamarlo deportivo y caro, mi boca cayo unos centímetros pero evite soltar un jadeo de emoción.

—¿Qué clase de banco asaltaste para tener este auto? —Bromeó, y el solo ríe—.

—Ventajas de los divorcios —Se encoge de hombros sin darle importancia y sube al auto—Vamos rubia, sube —Me indica con un movimiento de cabeza, ¿rubia?—.

Subí a este, y deje mi mochila en mis piernas, por dentro era aún mejor y más moderno, estaba alucinando, casi podría llegar a desear que mi casa quedará más lejos del instituto así el trayecto fuera más largo.

—Mad, ¿no te molesta que este contigo todo el día? —Frunció el ceño un poco, mientras se detenía en una luz roja—.

—Claro que no, aparte somos primos idiota —Golpee su brazo suavemente y el asintió—Solo prepárate porque ahora nos toca filosofía —Sonreí ampliamente hacia el, quien solo bufo—Por cierto, ¿no ibas a iniciaste ayer las clases?

Prouds |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora