Domingo​ catorce​

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Holaaa!, se que me tardé un montón en subir capítulo,pero aquí estaaa. Espero que les guste mucho, se que es corto pero el próximo capítulo traerá sorpresa, xx.

Domingo catorce

No podía moverme sin sentir dolor, a penas podía abrir los ojos porque el dolor de cabeza se había vuelto insoportable. Me encontraba enterrada en mi cama bajo mil mantas con ganas de morir dos días seguidos, pero lamentablemente era domingo, y mañana tenía instituto. 

La puerta de mi habitación sonó al ser abierta, Eric se asomó con una sonrisa, estaba bañado y lucia radiante, ¿como mierda lo hacía para no tener resaca si había bebido el doble que yo?, Necesitaba su secreto. 

—¿Cómo te sientes? —Pregunto a medida que se sentaba a un lado de mi cama—.

—La palabra mal, queda pequeña para decir como me siento Eric —Volví a enterrar mi cabeza en mil almohada—.

—Sí, se te nota cariño —Se río por lo bajo—Pero me refería a lo de Harry, Brooke, lloraste todo el camino a casa —Tomo mi mano con cuidado por encima de la cama—.

—Ah, si. Sobre eso, Eric es difícil saber que has perdido por completo a tu mejor amigo desde que tienes memoria —Cubrí mi rostro con mis manos, y solté un suspiro, hasta respirar sentia que pesaba—Lo extraño más de lo que puedo admitir, pero siento que no soy algo que el necesita para su vida. El es un diez y yo con tres, era cuestión de tiempo que lo notará —Me encogió de hombros—.

—Mad, eres más grandiosa de lo que imaginas —Eric susurró, casi como si le avergonzara decírmelo—.

Por alguna razón sentia que podía decirle muchas cosas a Eric, tal vez porque estaba sola ahora y era una de las pocas personas en las cuales podía confiar. Estaba por agradecerle a Eric, cuando mi madre entra a la habitación sin permiso alguno.

—Madison, es horrible en el etapas que llegaste ayer —Su voz sonaba dura pero sabía que el fondo se estaba burlando de mi—No quiero que se repita —Me apunto con su dedo—.

—No fue culpa de Mad, fue mía —Eric hablo antes de que yo pudiera protestar—.

—Oh Eric cariño, ni lo intentes —Su voz salió dulce y llena de cariño hacia Eric— Conozco a mi hija —Pero cambio radicalmente al referirse a mi—.

Reí por lo bajo al igual que Eric, hasta que mi madre se fue de mi habitación reímos. 

—Dame un lado gorda —Eric empujo mi cuerpo, para poder acostarse arriba de mi cama a mi lado—.

—¿Me llamaste gorda maldito?—Gruñí molesta, y golpee su brazo a lo que él solo respondió con una maldición—. 

Sin cuidado Eric encendió mi televisión y comenzó hacer zaping por los canales. 

—Se que Harry jamás me perdonará por lo que le dije, siento que me excedi —Solté sin pensarlo, Eric me miró un momento y volvio su vista al televisor—.

—Discúlpate con el Mad —El se encogió de hombro—.

—No —Dije sin más—.

—Su problema es que son ambos malditamente orgullosos, y aunque no te guste escuchar esto; el orgullo no los llevará a ningún lado —Hablo Eric sin si quiera mirarme—.

Tal vez era cierto, quizás Eric tenía razón, y todo esto era simplemente por orgullo.

Éramos demasiado orgullosos como para pedir perdón.

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Mil gracias a las que leen, votan,y comentaaan, gracias por animarme a escribir,xx.

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