Sábado seis

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Sábado seis

Estire el edredón hasta cubrirme por completo, me mantuve así unos diez minutos hasta que comenzó a faltar el oxígeno. Debía levantarme. Intenté repasar mentalmente mis planes para este fin de semana, tal vez iré a casa de Harry, jugaría sus malos video juegos, Anne nos cocinaría como siempre..abrí mis ojos de golpe, al recordar de qué nada de eso sucedería, que Harry ya no estaba en mis planes de fin de semana.

Cubrí mi rostro con una almohada y la presione en un intento vago de intentar ahogarme a mí misma. Sentí como la puerta de mi habitación se abrió, y unos suaves pasos se aproximaban.

—Espero que no estés intentando suicidar Madison —La bromista voz de mi madre me hizo querer ahogarme aún más—¿hoy saldrás? —preguntó, quite la almohada de mi rostro para lanzarla a un costado de la habitación—.

—No, no saldré. Quiero quedarme en casa hoy —Mentí. No tenía ánimos de explicar el porqué no saldría con mi mejor amigo de todo la vida—.

Pero estos era uno de esos momentos donde se aproximaba lo más lógico, donde venia hacia mi para explotarme en el rostro como más lo detestas, lo podía sentir llegar y solo me limité a cerrar mis ojos, rogando porque evitará la pregunta.

—¿Y Harry? —Y ahí estaba, tan doloroso como lo sabia—.

—Tiene otro compromiso supongo. Aparte, solo somos amigos mamá..no tenemos porque pasarnos la vida juntos —me encogí de hombros, restándole importancia—.

Mi madre salió de la habitación titubeante, sabía que no me había creído ni una palabra de lo que había dicho, pero al menos no pregunto de nuevo por eso.

Puse mis pies descalzos en el frío suelo, me estremecí por un momento para luego levantarme y caminar hacia mi armario, tome un par de ropa, y me dirigí hacia la ducha; necesitaba cantar con agua.

Luego de unos cuantos minutos, estaba por abrochar mi jeans, coloque el suéter blanco y deje mi cabello desprolijo en una coleta. Baje las escaleras de dos en dos, rogando por caerme de estas y perder la conciencia. Ignoré mis pensamientos sadicos y entre a la cocina, donde Ángela —mi madre— cocinaba, se movía de un lado para el otro, un tanto histérica.

—¿A qué se debe tu estado alterado? —Pregunte antes de abrir la nevera y buscar algo para comer—.

—Viene tu tía Lauren a comer, junto con Eric ¿te acuerdas de él?, es un muchacho encantador —Mencionó con cariño—.

—La tía Lauren vive lejos, ¿por qué vienen a comer? —Pregunte a medida que iba comiendo mi manzana—.

—Olvide contarte, se divorció. Por lo que me menciono, Ed la engañaba, y ella tiene la custodia de Eric, y se mudaran cerca de nosotras, quieren iniciar de nuevo; hoy hablaremos más, así que podrías salir con Eric —Sonrío hacia mi, levante una de mis cejas. Demasiada información, yo solo quería saber porque venían a comer, ya que hace años no los veía—.

Me limité a asentir e irme hacia la sala de estar, me lancé en el sofá y comencé hacer zapping en busca de algo interesante que poder ver, termine viendo American Next Top Model.

A la hora después, me llego la orden de colocar los servicios correspondientes en la mesa, coloque música en el estéreo del living en un intento vago por animarme un poco, comencé a mover estúpidamente mis caderas –no servía para bailar, era una maldita tabla. Siempre lo había sido–, mientras colocaba los servicios, iba con dos tenedores en mis manos, hasta que gire extravagantemente en un intento de "bailar" hasta ver su figura en el umbral del comedor, chille agudamente y deje caer los cubiertos de mis manos haciendo estruendo en el suelo, Eric me miraba con una sonrisa graciosa, ¡Santa mierda qué vergüenza!

Prouds |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora