La carta

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"Hola.

No voy a decir quién soy porque probablemente no te importe.

s̶i̶ ̶e̶s̶t̶á̶s̶ ̶l̶e̶y̶e̶n̶d̶o̶ ̶e̶s̶t̶o̶ ̶e̶s̶ ̶p̶o̶r̶q̶u̶e̶ ̶h̶a̶s̶ ̶e̶n̶c̶o̶n̶t̶r̶a̶d̶o̶ ̶m̶i̶ ̶b̶o̶t̶e̶l̶l̶a̶

Puede que haya recorrido muchos kilómetros y ahora llegue a tus manos. Es curioso si lo piensas.

Todo tiene un porqué, mi carta tiene un porqué.

Vale, si sigues leyendo es porque te interesa de verdad o estás demasiado aburrido como para hacer otra cosa mientras piensas en lo loca que está la persona que lo escribe.

Todo empezó con un puzzle. Mi profesor de filo interrumpió la clase para contarnos una anécdota, algo así como que su hija estaba muy feliz porque iba a conseguir acabar uno de esos puzzles interminables pero tras todo el esfuerzo, al bendito puzzle le faltaba una pieza. Y luego ha comentado que a todos nos falta algo, nuestra pieza.

Puede que parezca una tontería pero he estado reflexionando... Pensando en  mi vida, en todo lo que ya no está aunque lo necesitemos y en todo lo que continúa aunque deseemos librarnos de ello. En que tengo casi todo y a la vez me siento como si no tuviera nada. En lo monótono que resulta mi día a día, en como me comporto cuando viene algo distinto. En la dureza de algunos actos del ser humano... Pero sobretodo pienso en mi pieza.

Puede que esa pieza sea un lugar, una canción o una persona, no lo se. Alguien que esté a mi lado, con la que pueda ser yo mismo y no sufrir daños. 

Bueno y aunque parezca absurdo necesitaba escribir, desahogarme, que alguien me lea aunque no llegue a comprender del todo mi historia.

adiós (y gracias) "





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