Puñados de segundos después

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Sentada en las escaleras de mi casa contemplé el atardecer. Había estado trabajando y necesitaba despejarme un rato.

Embobada, mirando el cielo una vez más.

Y ahora voces, ¿golpes? y pasos que se dirigían a la entrada de la casa de al lado.

Fue entonces cuando miré hacia la derecha y lo comprendí todo.

Comp exageramos muchas cosas y como pasamos por alto muchas otras. Y me levanté.

La botellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora