La botella

puede

-Puede.

-Tenías que decir sí o no.

-No lo se.

-A mi sí. Mi gran regalo fue mi hermano. Una criatura diminuta, de brillantes ojos azules y rizos color carbón. Vino al mundo hace tres años y ahora mi madre, su madre, está algo ocupada con asuntos familiares. Yo suelo vivir en casa de mi padre, en España, pero vengo de vez en cuando. Sí, separación, una putada. Duele, pero te acostumbras. Fue poco antes de tener a Jaime, mi madre se mudó a Francia con su familia y allí dio a luz. Ahora voy a verles y básicamente a cuidar de Jaime, ¿y tú? ¿quién eres tú?

Un chico con una historia una vida díficil que me acaba de confesar todo. Yo no sería capaz de escupir toda mi vida con un desconocido. ¿Qué le voy a decir?

"He venido en busca de una persona que no conozco. Ni siquiera se su nombre, ni donde vive. Todo porque leí un mensaje en una botella"

Ridículo.

-Me llamo Sara, viajo sin rumbo.

-Encantado Sara. ¿Y por qué no vienes con mi familia a tomar algo y luego piensas a dónde dirigirte?