Él prefería mirar al sol antes que hablarle a la "gente normal".
Algunas personas simplemente no eran valiosas o no merecían su tiempo como para hablarles. Él decidía a quienes les hablaba y a quienes no. "está loco" decían. Él no paraba de reírse, porque simplemente no le importaba lo que decían de él. Cuando se hacía de noche, como extrañaba tanto el sol, se ponía a dibujar soles en su cuaderno. Sólo soles. Y cuando le preguntaban qué estaba haciendo, él respondía con ojos melancólicos: "Amigo de verdad".
Autista, le decían. Creía que era un nombre despreciativo para hacerlo sentir mal. Pero no le importaba.
Iba con su psiquiatra, pero era en vano. Sólo dibujaba soles y no le hablaba a nadie, simplemente porque no le interesaba. "Autista" repetían todos. "Inteligente" pensaba él. ¿Por qué inteligente? Por no gastar tiempo con gente que no se merecía su respuesta.
Pero en cierto modo, les daba la razón. Quizás no estaba loco, solo no había nacido para ese mundo. Quizá su lugar estaba con el sol.
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Historias cortas.
AlteleHistorias cortas totalmente expresivas. Dejando a la mente fluir.