Capítulo 13 "Gano la guerra seduciendo"

38 7 0
                                    

Miércoles
2 de Diciembre
Base de "Asesinos de Almas"
9:00 pm

Todos los integrantes de los Asesinos de almas estaban listos para pelear a muerte contra los Centinelas, se sentía la tensión en el ambiente así que quise dar algunas palabras de motivación.

-Esta noche, una nueva era iniciará, sé que todos acudieron acá hoy ya que es la primera batalla a la cual los convoco, pero quiero decirles... ¡Quién no quiera pelear es libre de irse! No los juzgaré ni les privaré de nada, al contrario, los pretegeré, porque esta batalla es para que todos los seres que queremos puedan vivir en armonía... Si van a pelear a mi lado, deberán hacerlo con toda su fuerza, para esto necesitarán una razón por la cual luchar. Piensen en quienes quieren, ellos viven con miedo... Yo quiero que ese miedo desaparezca, que la paz pueda existir entre todos nosotros, sé que sonará ridículo viniendo de alguien que los ha llamado para derramar sangre, pero si quieren paz... -Hice una pausa para tomar aire. -¡Luchen por ella! -Grité con todas mis fuerzas.

La gran mayoría dio un grito de guerra para dar inicio a nuestra marcha hacia la base principal de los Centinelas.

-Keira, ¿hiciste lo que te pedí? -Pregunté.

-Sí, los Centinelas ya saben que vamos al ataque. -Afirmó.

Había pedido de favor a Keira que informara a los Centinelas de nuestro ataque, así podrían defenderse.

No hay honor en atacar sin dar oportunidad al enemigo.

-Bien hecho Keira, preparate para pelear.

-Sedrick... Prometeme que volveremos juntos a casa. -Dijo tímidamente.

-Lo prometo mi amor. -Dije viendo fijamente hacia adelante.

200 mts. Para llegar a base Centinela.
9:20 pm

Cruzamos la montaña que escondía la base Centinela, al hacerlo pudimos observar un ejército mayor al nuestro rodeando la base.

Todos nos detuvimos y el comandante de batalla hizo sonar el cuerno de guerra como señal de nuestra llegada, luego de eso hubo un gran silencio el cual luego fue interrumpido por un fuerte silbido.

La luna se desvaneció entre una gigantesca nube de flechas, los escudos eran la defensa de mis tropas, pero Keira y yo solo necesitábamos nuestras espadas, las flechas caían y nosotros nos protegíamos mutuamente bloqueando y cortando las flechas.

Keira tenía su espada encantada y la de Ilse, yo contaba con la espada encantada de Deimon y otra espada que había guardado en mi almacén.

Las fechas cesaron, pero recargarían y volverían a disparar.

-Arqueros, brindenos soporte, lanceros y espadachines avancen, escuderos no tengan miedo y ataquen. -Ordené a todas las tropas.

Todos avanzamos y yo iba al frente, varias flechas eran disparadas a nosotros, pero Keira y yo bloqueábamos y cortábamos las que estuvieran a nuestro alcance.

10 mts.
Cada vez eran mas flechas, algunas venenosas, otras con punta de metal en vez de pedernal y algotras en llamas.

5 mts.
Keira y yo activamos el poder de los anillos para tener mas velocidad.

1 mt.
Nuestras espadas cortan a quien esté frente a ellas, los guerreros corren a nosotros y tratan de combatirnos pero no son rival ante nosotros y el apoyo del ejército que lucha por una razón que sienten en su corazón.

Keira y yo aprovechamos la velocidad y atacamos a los arqueros, flechas enemigas tratan de eliminarnos, pero flechas aliadas acaban con la vida de los arqueros enemigos.

Ambos lados sufrimos bajas, pero ellos empiezan a tener desventaja.

Al acabar con todo el ejército que rodeaba la base Centinela, la tercera parte de nuestro ejército había caído también.

Las tropas se reagruparon y el ariete empezó a golpear las puertas de la base... Golpe tras golpe las puertas se debilitában, hasta que sedieron y se abrieron.

Nuestros arqueros dispararon sin si quiera pensarlo, el pasillo detrás de cada puerta quedó lleno de cadáveres y flechas.

-Absorbamos todo esto. -Dijo Keira empezando a absorber energía con su anillo.

-Hazlo tú si quieres, yo no lo necesito. -Respondí adentrandome en la base.

Guardé mis espadas y tomé mis dagas, Keira y algunos guerreros me siguieron, los pasillos estában repletos de tropas enemigas.

Predecir el movimiento de los enemigos, contraatacar bloqueando y luego dar un ataque directo.

Esa fue mi técnica para atravesar las líneas defensivas y llegar hasta un amplio salón donde Yosselin esperaba mi llegada.

Abrí la puerta y Yosselin estaba en el centro de aquel salón.

-No ataquen. -Ordené.

-Sedrick, gusto en verte, debo decir que me impresiona tu fuerza, nos avisaste que vendrías y aún así mis tropas no pudieron detenerte. -Dijo Yosselin con un tono desafiante.

-Yosselin, eres la última Centinela viva, será un placer asesinarte sin piedad. -Dije calmado y con una siniestra sonrisa en mi rostro.

-Te veo confiado, ¿acaso crees que puedes vencerme? -Preguntó Yosselin.

-Keira, prestalé la espada a Yosselin. -Dije confiado.

Keira le entregó a Yosselin la espada más poderosa de toda la dimensión.

-Oh gracias, que amable. -Dijo Yosselin con sarcasmo.

-¿Quieres algo más? -Pregunté.

-Si estás dispuesto a una verdadera batalla, dame mi magia. -Dijo retándome aún más.

-Sedrick, perdí el tercer anilló. -Dijo Keira.

-No querida mía, yo te lo quité al darme cuenta que no tenía nada de magia, esa magia aún es contenida por Ana, así que por favor Ana, transmite esa magia al anillo y entregalo a Yosselin. -Dije a punto de reírme por lo bien que me estaba saliendo la jugada.

-¿Qué? -Preguntaron sorprendidas Yosselin y Keira.

Ana dejó de usar el hechizo de invisibilidad apareciendo a mi lado para entregarle el anillo a Yosselin.

-Ten, pero espero no llores al perder. -Dijo Ana molestando a Yosselin.

-¿Esta tipa es inmortal o qué? -Preguntó Yosselin sorprendida.

-Así lo parece, pero solo ha sido un poco de suerte. -Respondí.

-Sedrick, tienes que explicarme todo esto luego. -Dijo Keira enfadada.

-Claro, solo déjame hacer esto. -Respondí activando todo el poder del anillo el cual me otorgó una armadura de sombras y un escudo unido a mi brazo.

-Veo que lograste activar todo el potencial del anillo, no me sorprende, cuándo te vi supe que eras especial, que lastima que ahora debas morir. -Dijo furiosa y lanzó el primer golpe.

Apenas tuve que mover mi cabeza a un lado para esquivar, caminé y me coloqué a muy pocos centímetros de Yosselin.

-Esa es nuestra diferencia, tú peleas por ira y yo por una causa. -Susurré dulcemente dejando que mi respiración rosara sus labios.

-¡Muere maldito! -Gritó impulsando su espada hacia mi cuello.

Yo ni si quiera me moví, ella no pudo asesinarme, frenó su espada a pocos centímetros de mi cuello.

-¡Es tán fácil manipular a alguien! -Dije tomándola de su codo y bajando la espada. -Te perdono la vida, pero deberás servirme a mí. -Dije reclamándola, ella empezó a llorar y se postró en el suelo. -Lo vez Keira, no había de que temer.

Alma de Manipulador ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora