Alma de Manipulador ©

Capítulo especial 4 "Mi corazón es tuyo"

Sábado
27 de Agosto
4:00 pm
Dimensión versia

Ana, Yosselin y yo estábamos reunidos en donde antes era la base de los "Asesinos de Almas", los tres estábamos recordando algunos momentos que vivimos en ese sitio, momentos que nos han traído hasta acá y que han marcado el rumbo de nuestras vidas.

-Ha pasado tanto tiempo, y aún no he podido olvidar la imagen de Ana muriendo a causa de la espada de Ilse. -Dije pensando en aquél día.

-En ese entonces eramos buenos, pero no lo suficientemente fuertes para poder vencer a Ilse, parece que hubiera sido hace tan poco tiempo, cuando en realidad ya ha pasado poco más de un año. -Agregó Ana.

-Cuando eso pasó no me lo podía perdonar a mí mismo, ya que yo fui quien pidió ayuda para atacar la base, Ana fue la única que me ayudó y no tuvo miedo a lo que podía suceder, luego al saber que ella seguía con vida, mi conciencia se quedó tranquila por un momento, pero aún me hacía falta rescatarla de aquél lugar en el cual ella estaba encerrada; la dimensión virtual, durante su estadía en esa dimensión, ella me ayudó a diseñar un juego, con el cual ahora ya he obtenido mucho dinero ya que afortunadamente fue un éxito, eso debido a que Ana al programarlo desde dentro, no permitió que existiera ningún error en el juego. -Dije narrando la parte de la historia que Yosselin no sabía.

-¿Entonces ustedes dos siempre han sido un equipo? -Preguntó Yosselin.

-Así es, pero no solo he sido yo quien lo ayude a él, Sedrick me ha ayudado en muchas cosas, él me sacó de la dimensión virtual, cuando morí siendo humana y regresé como divagante, él me permitió convertirme de nuevo en un versia, me ha enseñado muchas cosas, me ha protegido, me comprende y siempre está para mí, estoy segura que nunca encontraré a otra persona cómo él. -Dijo Ana respondiéndole a Yosselin.

-Por cierto Yosselin, otra cosa que tú nunca supiste, es que la muerte de Samantha fue planeada por mí, pero ella se aferró a un recuerdo y cuando tantos versias murieron ella logró obtener un poco de la energía que quedó a la deriva y así es cómo ella regresó de la muerte, sin duda alguna me impresionó que alguien lograra eso, pero ella era un inconveniente para mí, y ahora que has visto todo lo que he hecho creo que logrará entender el porque hice eso. -Lo dije porque era algo que ahora ya parecía no tener importancia.

-¿Tú sabías eso? -Preguntó Yosselin a Ana.

-Así es, aunque al principio yo tampoco lo sabía, él me lo contó poco después de que asesinara a Samantha, él creó el arma con la cuál asesinó a Samantha. -Respondió Ana.

-Yosselin... ¿Aún recuerdas nuestra pelea? -Pregunté.

-Cómo olvidar ese momento, aún no supero esa humillación. -Respondió.

-Sé bien lo que hice y porqué lo hice, sabía que esa sería tu reacción, pero al pesar de saber que harías eso, aún no entiendo porque, en ese momento tu ira era desbordante, pude ver en tus ojos el deseo de verme muerto, de que tus manos acabaran conmigo y que la espada que te prestó Keira me desgarrara sin piedad, pero... ¿Porqué te detuviste? -Pregunté.

-Siempre cuando alguien está desbordando del enojo suceden dos cosas; explotas en ira y destruyes lo que puedas o al menos lo intentas, o simplemente te detienes a llorar para desahogar el dolor que puedas sentir. -Su tono de voz era nostálgico, pero su rostro tenía una gran sonrisa. -En ese momento no sabía cual de estas dos cosas hacer, pero tus palabras y el simple hecho de que ni siquiera levantaras un dedo para pelear contra mí, terminaron de destruirme por dentro, así que mi mente se rindió, mi cuerpo se debilitó y mi alma se marchitó. -Al pesar de sonreír, ella no pudo evitar las lágrimas. -Cuando tú decidiste no acabar conmigo, las cadenas se rompieron, me reclamaste, así que le diste un nuevo sentido a mi vida, recién mi vida entera había sido destruida y tú me diste una nueva misión, "servirte", para mí misma yo ya había muerto hace mucho, pero me diste una razón para seguir viviendo, aunque al inicio no soportaba la idea, con el tiempo al ver lo que realmente planeabas empecé a interesarme en lo que queráis hacer, así que te seguí ayudando no porque tuviera que hacerlo, sino porque quería hacerlo, en otras palabras te ganaste mi corazón con tus acciones, tu forma de ser y tu manera de ver el mundo, ya que al pesar de que solo estabas rodeado de caos y destrucción, tú veías más allá, tú podías ver claramente un mundo con paz, al pesar de que eso significara tener que dar tu propia vida, tu instinto te gritaba que no debías de hacer eso, pero al pesar de ello, seguiste haciéndolo, sin importarte nada, llegaste a perder toda clase de sensibilidad volviéndote una persona totalmente fría y capaz de predecir cualquier movimiento, eso también ayudó a que mi corazón te perteneciera, tu asombrosa manera de pensar, ya que ni siquiera había surgido un problema y ya tenías mas de una solución en mente, eres formidable, te admiro por hacer lo que haces, te proclamas el enemigo al pesar de ser el aliado mas importante, le das una razón a los demás para seguir adelante, aún así eso te afecte directamente, pensé que eras alguien que no sentía absolutamente nada, pero al ver eso, me dí cuenta de que eras la persona a quien más le importa todo su entorno, que eras la persona con los sentimientos mas fuertes, simplemente lo haces como un acto de caridad, aunque parezca una dictadura, eres digno del respeto de cualquiera, tienes el don de la palabra, pero no hablas solo por hablar, sino que eres alguien que piensa absolutamente todo lo que dice, para que aunque los demás no entiendan lo que digas, apoyen tu causa, eres un líder nato, eres todo lo que a mí siempre me hubiera gustado ser, por eso es que te admiro y siempre estaré a tu servicio y disposición para cualquier cosa que desees. -Sus lágrimas cubrieron su cara, su voz se volvió rasposa debido al llanto, su sonrisa nunca dejó de estar ahí, ella abrió su corazón y habló con el alma, no supe que decir ante esta gran lista de elogios, así que solo tomé mi pañuelo y empecé a secar sus lágrimas.