Niños de Void

15- Nuevo comienzo

Michael, después de lo sucedido en la escuela, volvió a casa y sin decirle nada a nadie, se fue a dormir

En tanto Martín...

En el laboratorio:

*********: No puedo creer que quieras juntarnos –con una rara alegría y una gran sonrisa

Martín: Nunca entiendo por qué siempre estar sonriendo –dijo confundido y algo en broma- muy los quiero reunir por que...

Al otro día, Michael se levantó con un poco más de ánimo y se preparó para ir al colegio

Michael: Adiós, mamá –dijo con una pequeña sonrisa y algo de ilusión en una mirada que se había vuelto oscura

Lore: Adiós, hijo, cuídate –mientras observaba que algo había cambiado dentro de él...

Al salir Michael se encontró a Carry, parada en la vereda con el uniforme de la escuela y con su típico sarcasmo plasmado en el rostro

Carry: Hola, enano –mientras se trataba de peinar sus rebeldes cabellos

Michael: Buen día, Carry –con su sonrisita intacta

Bien pusieron un pie en la escuela, se enteraron que se había encontrado un cuerpo mutilado en medio de un destrozado patio

Carry, al escuchar que era el cuerpo de alguien rubio con un tatuaje en el cuello, supo inmediatamente que era el de Tred

Carry: No puede ser –dijo totalmente sorprendida y con algo de miedo, mientras miraba a un Michael con unos ojos que delataban su hecho- ¿Tu lo...hiciste?

Michael: Quien más lo haría... -le dijo con un toque de indiferencia mientras iba de camino a su clase

Mientras tanto, en un lugar alejado y abandonado de la ciudad...

***: Llegaron noticias, 1

*****: ¿Cuáles son?

***: Mataron a Tred, encontraron su cuerpo en una escuela local totalmente mutilado

*****: Ese idiota, le dije que todavía no tenía poder...

Si bien Michael, había calmado algo su ira de venganza al matar a Tred, él había cambiado totalmente, se hizo bastante frio e indiferente aunque a su madre la seguía tratando igual...

Pasaron 5 días y Michael volvió al laboratorio de Martín:

Martín: Hola Michael –con una actitud sarcástica- ya te estábamos extrañando

Michael: No bromes –con su pequeña sonrisa- vine aquí a ver como estaban las cosas

Martín: Las cosas están bien y yo ando bien –bromeando pero luego poniéndose serio- y tú ¿Cómo estás?

Michael: Estoy mejor, ya desquite mi ira de alguna forma –dijo con una mescla de alegría y dolor

Martín: Vi tu pelea – con más seriedad, mirando hacia abajo y voz entrecortada- destrozaste a Tred, la verdad, siempre pensé que él me mataría a mí...

Michael: Era tu hijo, no tenía por qué hacer eso

Martín: Hay muchas cosas que no entiendes –levantando la mirada- él sufrió mucho por mi culpa...

Era tan notable... Martín estaba sufriendo por la muerte de su hijo, como todo padre lo haría, y se culpaba por los errores que había tenido en el pasado...

Volviendo a casa Michael pensaba en todo lo que estaba pasando y se pregunta "¿Habré hecho bien en seguir este camino?", lo cual a esa respuesta ni él ni los Niños de Void la sabían.

Cuando llego a su casa solo fue a recostarse en su habitación y dormir hasta el otro día...

Tras repetir la rutina de todos los días, llego a la escuela, entro a su clase y unos minutos después le llegaría una noticia

Profesora: Muy bien chicos, hoy tendremos una estudiante nueva –mientras abría la puerta de entrada- esta chica es proveniente de Rusia pero sabe hablar muy bien el español así que no se preocupen

Allí entro una blanca niña, alta y esbelta (un poco más baja que Michael en estatura) , con unos ojos de un raro color zafiro y un cabello pelirrojo que brillaba con la luz del día, y una sonrisa y una alegría, un tanto infaltil, que deslumbraba

Ekaterina: Buenos días a todos, me llamo Ekaterina y vengo desde Rusia –dijo con exaltante alegría y una voz de cantante- me gustan los libros, la música tranquila, ah y los perritos, amo los perritos

Michael la miraba con un tanto de indiferencia.

Cuando la profesora la mando a sentarse, al pasar por el lado de Michael...

Ekaterina: (Poniendo una mano en el hombro de Michael y acercándose a su oído con una pícara sonrisa) Buenos días, número 2 –mientras levantaba un poco su falda y le mostraba un peculiar número 3 arriba de su rodilla izquierda

Michael: N-no es posible –dijo con voz algo temblorosa y un escalofrió que recorrió su petrificado cuerpo...