18- El dedo en la Llaga (Parte I)

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Michael quedo helado y una extraña sensación recorría dentro de su cuerpo. Sentía asco de sí mismo


Michael: No puede ser posible –dijo tratando de convencerse con una sonrisita nerviosa

Ekaterina: Es cierto –dijo bastante seria y con algo oscuro en su voz- Ellos nos convirtieron en esto con un precio bastante alto

Michael: Pero no puede ser tan as- fue interrumpido por la rusa

Ekaterina: (Mientras salía de la habitación) Tenemos la sangre de nuestros compañeros en nuestro interior –con una mirada sombría

Esa noche, Michael tuvo pesadillas por las tétricas palabras de Ekaterina

Michael: (Pensando en su cama) Hubiese preferido morir allá antes de saber todo lo que nos hicieron y tener esta carga–mientras miraba el techo con una mirada algo triste- ¿Por qué habré soportado esos experimentos?

Ekaterina: ¿Por qué siempre estás tan pensativo y serio?-pregunto, de repente, mientras estaba a la par de el en su cama- ¿Acaso te afecto lo que te dije?

Michael: No me afec- se interrumpe con un grito- AHHHH, ¡¿Acaso me quieres matar de un susto?! Y además, ¡¿Qué haces en mi cama?!

Ekaterina: Ya que compartimos habitación, ¿Por qué no compartimos la cama? –dijo mientras acariciaba el brazo de Michael con su insinuadora mirada y un pequeña carcajada

(La casa de Michael era pequeña así que Ekaterina se tenía que quedar en la habitación del chico)

Michael: Definitivamente no –cruzado de brazos y totalmente serio- Tú ve a tu cama y yo a la mía ¿Entiendes?

Ekaterina: ¿Qué pasa, acaso, tienes vergüenza? –mientras le sonreía con su típico infantilismo

Michael: NO, solo ve a tu cama que mañana tengo que entrenar –dijo completamente rojo y algo apurado

Ekaterina: Bueno, bueno –acostando se en su cama- Solo duerme que tenemos que entrañar mañana

Michael: Bueno, duerme bien –mientras se dio la vuelta, relajado

Así se fueron a dormir, cada quien en su cama, y se levantaron al otro día y se fueron al laboratorio a entrenar


Michael: Buen día, Martín –mientras trataba de despabilarse y sacarle la cara de dormido

Martín: (Que estaba junto a Carry) Buen día

Carry: Buen día –con un tono algo enfadado, mientras miraba el suelo

Michael, que se había dado cuenta, llamo a Martín a un lugar apartado

Michael: Oye –algo preocupado- ¿Qué le anda pasando a Carry?

Martín: Bueno es normal que este así –mientras tomaba café- mataste a su amigo de la infancia

Michael: ¡¿Qué?! –Dijo exaltado- ¿Tred era su amigo?, es imposible

Martín: Si bien ella y Tred tenían 2 años cuando estaban en el orfanato pero –mientras dejaba la taza de café en su escritorio- se siguieron viendo, ya que, las familias que los adoptaron a cada uno vivían en el mismo barrio, pero una noche...

Hace 10 años... (Carry y Tred tenían la misma edad)

Andrea: Hija, ya ve a dormir, mañana podrás jugar con Tred –dijo la madre con un tono dulce pero autoritario

Carry: Mamá, solo 10 minutos, porfa –mientras la miraba con una inocente mirada

Andrea salió de la habitación dejando a los 2 niños solos

Tred: ¿Qué hacemos ahora? –dijo algo aburrido el pequeño

Carry: No sé –cuando se le ocurrió una idea- Ah, te quiero mostrar algo que aprendí

Tred: ¿Qué es? –dijo emocionado

Carry: (Haciendo aparecer una pistola entre sus manos) Mira –dijo con emoción y sin saber lo que era el arma

Tred: Wow –totalmente maravillado por el arma de su pequeña amiga- Yo también puedo hacer eso, pero sale una cosa distinta

El pequeño activo un diminuto número en su cuello y saco una escopeta negra

Carry: Es increíble –mientras admiraba el arma de Tred- Pero ¿Qué hacen estas cosas?

Tred: Mi papi me dijo que podía disparar con esto y –guardando el arma- que no las use ya que son peligrosas

Carry: Oh

Cuando Tred se fue a su casa llego el padre de Carry. Este hombre no era el mejor padre, ni se acercaba, era alcohólico y era un jugador nato, además de pegarle a su esposa y maltratar a sus hijos. Todo esto iba superando poco a poco a la pequeña Carry, que esa noche no aguanto...


Padre: Te dije que no quiero comer esa basura –haciendo volar un plato de comida, mientras golpeaba a su esposa- Nunca me haces una comida digna, maldita perra, seguro me debes engañar

Andrea: (Mientras gritaba de dolor por los golpes de su marido) Por favor, Carry saca a tu hermano de aquí y pide ayuda a alguien te lo ruego –cuando el desquiciado hombre la empezó a estrangular- Ayúdenme...Pid...e...ayuda

Carry solo observaba, espantada, la horrorosa escena con sus inocentes ojos. Cuando quiso salir de allí, su padre la detuvo

Padre: ¿A dónde cree que vas?



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