7. Yo igual pequeña... yo igual.

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Punto de vista de Harper

Llegue hasta la esquina de la casa de John sin poder seguir conteniendo mas las lagrimas, asi que me senté en la banca de plaza que estaba en ese lugar y comencé a llorar no importaba nada, total no había nadie hasta que decidí llamar a Robert para que me pudiera venir a buscar.

La verdad es que no entendía qué era lo que estaba haciendo tan mal, o porque razon todo me salía mal ultimamente. Estaba tan perdida en mis pensamientos cuando escuche la bocina de la camioneta de robert así que decidí pararme e ir corriendo a su camioneta.

-Harp, son las diez de la noche ¿Me podes explicar que paso y porque estas con los ojos rojos?- Me miraba tan directo a los ojos que llegaba a sentir que podía llegar a traspasarme con su mirada.

-Vos... vos tenias razon Rob, siempre tenes razon, no entiendo porque- Me apoye en su hombro llorando.

-Harp yo no tengo razon siempre, ojalá fuera asi. Pero no entiendo que es lo que paso ¿Me querés contar?- claro que quería contarle pero mi voz ya ni siquiera salía.

Asentí con la cabeza e intente contarle pero no me salía. No me salían las benditas palabras era increíble el dolor que sentía solamente al recordarlo. Robert al darse cuenta de ello me dijo que se lo contara cuando llegasemos a mi casa. Todo el viaje fue en total silencio, yo apoyando mi cabeza en el muslo de Robert y él manejando con la cabeza derecha mirando el camino.

-¿Rob?- Dije casi en un susurro.

-Hmm-

-Tengo sueño- era verdad estaba exhausta.

-Dormi Harp, falta todavía unos minutos para llegar.

-¿Rob?- Asintió con la cabeza para que le continuara hablando- Te quiero mucho, gracias.

-Yo igual pequeña... yo igual.

Punto de vista de Robert

Cuando estaba bajando a harper del auto -era bastante liviana- comenzó a hablar pero supuse que estaba dormida porque decía cosas sin sentido, hasta que escuché decir mi nombre y automáticamente se me formo una sonrisa en la cara. Espero que estuviera soñando algo lindo, no esperaba ser parte de sus pesadillas.

Al entrar a su casa se me pasó por la mente dejarla en el sillón del living, pero se iba a levantar con dolor en el cuello, quizá. Así que opte por subirla hasta su habitación. Al entrar era sorprendente ver cuantas fotos con su tal David tenía -Se ve que es un hombre feo, no lo conozco- las fotos estaban pegadas en su escritorio, también algunas con su mamá, unas cuatro conmigo y dos con su papá. Y claro que también con sus amigos.

Había dudado mucho entre si cambiarla o no, la había muchas veces cuando íbamos a la playa y eso, pero nunca la había cambiado. Pero igual decidí hacerlo, total no se iba a enojar. Al verla dormir asi con esa carita, despertaba tantas cosas en mi, pero mi parte racional me advertía que no era bueno que la mires así, porque... era una nena todavia y no quería tener ni un problema más con la ley.

Al terminar cerré las puertas con llave y me fui a mi casa donde estaba mi novia.

Conducí tranquilo en mi camioneta mientras iba cantando una canción de Sting a todo pulmón.
Cuando entré a mi casa me encontré a Rose sentada en el sillón. Habíamos peleado cuando recibí el llamado de Harper, ella no quería que yo fuera. Pero haría cualquier cosa con tal de que Harper estuviera bien e irla a buscar era una de esas cosas.

-Por fin llegaste, creí que te ibas quedar a dormir con ella- Me dijo parándose del sillón en que estaba.

-Rose. Te dije que iba a ir a buscarla y volvía. No que me iba a quedar a dormir con ella.

Mi niñero, Mr. Downey. (Robert Downey Jr.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora