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Hola, soy Jennifer Cowthon, ya tengo 16 años.
A los pocos días de irme con mi padre llegaron a mis oídos que mi madre falleció.
Toda esa felicidad que me rodeaba aquellos días se desvaneció.

Pero bueno, me tuve que mudar con mi padre.

Hoy me va a llevar a ese gran trabajo que emprendió.

Estoy algo nerviosa, porque al parecer ganó mucho dinero con el.

Nos montamos en el coche y el chofer empezó a conducir:

Scott: Lamento que salgamos tan tarde, tuve unos cuantos problemas.

Jenn: No te preocupes papá,

Scott: Antes de que entremos... Quiero decirte que tengas cuidado. No toques nada, y se silenciosa.

Jenn: ¿Por qué?

Scott: Tema delicado...

Jenn: comprendo.

Me apoye en la ventana sintiendo las pequeñas turbulencias en mi cabeza.
Al parecer no estaba tan lejos.
Seguramente podríamos haber ido caminando.

Yo nunca me acostumbro a los lujosos hábitos de mi padre.

Salimos del coche y en frente mio había una tienda de peluches. Lo miré con detalle, era hermoso. Todo era muy colorido.
Muchos niños vendrían aquí. Estoy segura.

Jenn: ¡¡Es genial!!

Scott: ¿Tu crees?  Es muy... ¡¡Jenn!! Como dices que es genial si ni siquiera lo miras. Date la vuelta hija.

Me giré y vi un gran establecimiento, al parecer la tienda de peluches no tenía nada que ver.

Admiré el gran cartel, papá me cogió del brazo guiandome a la entrada.
Muchos carteles adornaban la pizzería.
Pero digamos que no estaba en muy buenas condiciones.
Parecía abandonado.

Me solté de papá y fui a examinar todo.

Scott: verás, tengo que irme. Puedes quedarte, pero no hasta tarde. Me acaban de llamar de la oficina. Ten cuidado.

Solo asentí, y busqué un interruptor de luz. Pero no lo encontré.

Vi una linterna. La cogí y afortunadamente funcionaba.

Ahora podía ver los posters con gran claridad. Me sonaban mucho los personajes de aquellos posters.

Ignoré tal pensamiento y empecé a investigar aquel lugar.

Entré a una habitación, habían muchos robots de animales, los cuales llamaron mucho mi atención.

De alguna manera, todo me sonaba familiar.

Como si conociese aquel sitio. Quizá, mi padre me llevó aquí de pequeña.

Quise manosear los trajes de robot. Era muy originales.
Todos ellos me recordaban a algo. Pero no se que.
El oso del sombrero me decía algo.
Era muy conocido para mi.

Pero los tres que habían parecían estar rotos. Estaban sucios, y llenos de grasa.

Salí de ese cuarto y fui a otro. Parecía ser una zona de juegos, había un gran escenario.

De repente oí un ruido. Provenía de la habitación de antes

Volví a la sala que tenía los robots.
El conejo ya no estaba.

Me giré rápidamente a ver si estaba por ahí.
Nada, volví a examinar el lugar. No había nadie.
Fui a otras habitaciones, escuché un ruido: Pasos,
Miré a ambos lados.

Y al fondo del pasillo una sombra de conejo se acercaba moviéndose mecánicamente.

Salí corriendo con un nudo en la garganta, no ententía muy bien que acababa de pasar. Llegué a la entrada. Y en el reloj vi que eran ya la una de la mañana. ¿Estuve aquí dos horas?

Dejé la linterna mirando al vacío por el pasillo donde vi la sombra del conejo.

Estonces salí del establecimiento, y cerré la puerta. Caminé hacia casa rápido, ya que no es normal andar a estas horas sola.

N/A: Hola a todos!! Les va gustando!?
Espero que si. Muchas gracias por leer. De verdad.
No olviden dar su voto y agregarme a Libros de Platino *-*

Okno.
Que disfruten del fin de semana :)
(∩^o^)⊃━☆*+:。.。

-California

FOXY: No MuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora