Monotonía.

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0:24 am
—Hace ya tres meses que cumplí mis dieciséis años — dice mientras bloquea la pantalla de su celular.
Y aún no se me ha presentado mi ángel o un vampiro ni tengo una misión que cumplir - sonrió sarcásticamente.
Tal vez debo dejar de leer tanto...
A quien engaño, no puedo dejar de hacerlo.
Eso fue lo ultimo que pensó antes de quedarse dormida.
April tiene dieciséis años con  tres meses tenia una vida normal  como cualquiera y eso le fastidiaba, ella siempre quiso para si algo mas, hacer que valga la pena o al menos eso pensaba.
Todas las noches se quedaba hasta muy tarde a leer y en la mañana eso le pasaba factura porque a la hora de despertase era un tortura.
5:45 am
Sonaba la alarma y cinco minutos después  su madre iba a tocarle la puerta; ella se levanta en un estado de casi zombie arrastra su cuerpo hasta el interruptor de luz y lo enciende, se mira en el espejo.
—Mierda —susurra parezco un mapache golpeado y sonríe —tengo que dormir más.
Puta vida.
Puto colegio.
En las mañanas todo era rápido se vestía comía y aseaba a la velocidad de la luz, solo se detenía en el espejo para "peinarse" ,pasaba sus dedos por su incontrolable melena rojiza tratando de darle un aspecto ordenado. April no era la chica que más resaltaba, pero  tiene su gracia con sus cabellos rojos ondulados, ojos oscuros almendrados y piel blanca, sus mejillas pellizcables le daban un aspecto muy tierno y Sutil.
Así que Si april tenia cierta gracia.
Vio la hora y salio mas rápido que político en una revuelta de estado hacia el transporte público.
Ella lo odiaba.
—Lo malo de se bajita es que todo el mundo te empuja y apachurra—pensó
Su vida era monótona, casa, amigos, estudios y lectura.
De vez de cuando trabajaba como ayudante en una cafetería y gana algo de dinero.
se esperanzaba en que después de estudiar ella empezaría a viajar por todo el mundo.
Llega a su colegio sube lo que para ella son una infinidad de escalones hasta el ultimo piso.—
mierda porque no ponen un ascensor—susurró con el poco aliento que le quedaba.
Llego a la "cima" mientras que sonaba el timbre , corrió por el estrecho pasillo hasta que llego a su salón se recargo en la puerta para recobrar el aliento. —
profesor, buenos dias  ¿Puedo pasar? —Preguntó con la mas fingida de sus sonrisas
Entre en silencio y siéntese rápido, interrumpe mi clase - respondió enfadado el viejo profesor.
Como si me alegrara de entrar a su aburrida clase - pensé
Entré.
& así empezó un dia mas de su vida es la historia de una pequeña chica que aparentemente estaba apunto de cambiar, no por un vampiro ni un licántropo o mucho menos un ángel sino, por un serie de eventos que quizás sean afortunadamente desafortunados y cambiaran su vida de una manera drástica.

Otro día más.

Entré a mi curso como de casualidad, para encontrarme con la sorpresa que mi pupitre no estaba, como es de costumbre el que llega tarde no alcanza asiento.  El profesor me miro con mala cara,  me cedió la vieja silla de plástico para que me siente; la tome y traté de acomodarme.
Mientras el profesor continuó su aburrido parlamento sobre Rutherford, me coloque los audífonos sin que me viera y me puse a pensar.
 — claro, en los institutos de otros países nunca pasaría que una alumna tenga que sentarse en una silla de plástico—embocé una media sonrisa.
Casilleros pupitres buenos comida aceptable cosas que solo se ven en libros bueno y en las buenas escuelas. Rode los ojos.
El colegio transcurrió normal clases con frases de:
* estoy aburrida
*tengo sueño
*tengo hambre
Vi a mi mejor amigo en los recesos.
El esta en otra sección,este año nos separamos y aún no me acostumbro a estar sin él.
Cada hora pasaba a velocidad de un caracol invalido... pero por fin toco la campana de salida
 salí disparada con mi amiga lyle a coger el transporte público.
Ella estaba sentada y con mi maleta entre sus piernas mientras que estaba de pie las dos mirábamos por la ventana, vimos un accidente de tránsito, un chico con la cara ensangrentada en la acera y al parecer su moto metros mas allá.
—¿Estará bien? —preguntó mi rubia amiga.—
 no lo creo, no vino la ambulancia, sino la camioneta de la morgue  le digo mientras señalo la camioneta.  
—Está muerto- le dije afirmando.
Pasamos todo el camino en silencio como si fuera una señal de respeto o algo.
 una sensación de nostalgia muy fuerte me invadió, después de todo la vida es impredecible, recordé que la muerte puede llegar en cualquier momento.
 Solo que a la gente no le  Gusta pensar en eso.
Llegue a casa me , comí, descanse 20 minutos y luego sonó mi alarma.
lo había olvidado hoy tenía que trabajar, me alisté y fui a la cafetería.
Aún sin poderme quitar de la cabeza la imagen de el tipo muerto, evocaba en una sensación de vacío.
Llegue a vitto's, entré a cambiarme y empecé a servir a las mesas, me encontraba distraída además me sentía  extraña, intente seguir con mi trabajo hasta que el reloj marco las ocho.
Me despedí de todos, salí un poco cansada, mas de lo normal aunque no hubo muchos clientes, crucé la calle y revisé mi pequeño bolso.
—mierda, mi móvil.
Olvidé mirar el semáforo antes de cruzar y lo último que pude escuchar fue la voz de alguien gritando ¡Cuidado! Mire hacia atrás y todo se puso negro para mi...
Hubiera sido como cada día del calendario si hubiera mirado el semáforo. O si no fuera tan testaruda y usará mis lentes.








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