El tiempo es esencial para sanar heridas y brindar así nuevas vidas.
Para muchos pasa lento e hiriente, desgarrando el alma de las personas que están en la ansiosa espera de algo o alguien, para muchos otros pasa rápido y sin detenerse haciendo así que la felicidad sea solo un momento efímero del cual hemos sido afortunados de presenciar.
El tiempo es la mas grande tortura para las personas que aun creen en la esperanza de algún regreso, pero es absurdo, pues el tiempo avanza dejando atrás a todo aquel que prefiera esperar y obligando a otros a seguir adelante y a dejar en el mortífero baúl del recuerdo a cada buen momento que el tiempo se ha aferrado a dejar en olvido de donde nadie puede salvar nada.
Es difícil aceptar el hecho de que los momentos se van y después no se vuelven a repetir.
Todos deberíamos aceptar la verdad, el tiempo no se detendrá por nada de este mundo o de otro así que pongamoslo a nuestro favor, creemos así un mecanismo de defensa que nos permita seguir adelante y recordar el pasado como una grata experiencia y debemos aprender a observar los dos extremos del tiempo: el ayer, que nos brindó gratas sonrisas y grandes aprendizajes; el mañana, tal vez esconda sueños cumplidos y la felicidad.
