EXTRAÑO DESTINO

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No sabía que contestar, seguro que era un error. A mi mente vinieron los extraños sueños que comencé a tener desde que cumplí los dieciséis años. Oscuridad, bosques, llamas, fuego, corría pero me alcanzaban, unos ojos violetas...

Todo estaba en mi cabeza, descolocado como un rompecabezas, solo debía darle forma.

Lian tomó la palabra: _La noche que te capturaron, yo debía vigilarte, debía de estar allí para impedirlo, pero preferí irme con mis amigos, ya sabes era fiesta...Se le veía realmente avergonzado. 

Beca me tomó mis manos entre las suyas _Espero que lo que te cuente ahora resuelva todas y cada una de tus dudas. Sabemos que una mujer sería la encargada de liberarnos de la maldición: Tú. La profecía dice que una mujer señalada por el mismo Licaón, nacería para romper la maldición. Ella sacrificará su vida por uno de los nuestros y así la ofensa a los dioses será perdonada. Dejarán de existir los licántropos en el mundo, poco a poco se extinguirán de forma natural. 

Pero has de saber que no todos los de nuestra especie están de acuerdo con ello. Algunos no quieren que desaparezcamos, no lo ven como una maldición. Ellos ven en nuestros poderes un milagro. Somos ágiles, difíciles de matar, vivimos más años que los humanos, conocemos las artes de la curación. Están muy apegados a lo que son y quieren para sus hijos lo mismo que ellos tienen. Les gusta vivir en los bosques, sin dar cuenta a nadie. Se transforman sin temor a ser vistos.

 Nadie debe conocer nuestro secreto pero ellos en vez de ocultarlo, provocan situaciones a fin de asesinar y dar rienda suelta a los instintos del lobo. 

Nosotros hemos estado buscándote por siglos, las runas nos han ayudado. Tus sueños nos han llevado a ti, pero por desgracia, otros también te han encontrado. En esta ocasión Jam pudo llegar antes que sucediese una desgracia_.Bajó su mirada a mis manos._Has de conocer toda la historia, ten valor. 

_Liam, serás tú el que le informe de lo que sucedió esa noche_. Sentenció Jam con un tono de voz autoritario, que no dejaba la menor duda que quería que su hermano sintiese remordimiento por mi dolor.

Esta vez Beca se apartó de mi lado y dejó que Liam tomase su sitio. Yo sabía que sería algo duro, pero no esperaba que según avanzaba en su relato, mi corazón fuese estrujado de tal manera que creyese que las fuerzas me fallarían en cualquier momento.

No quiero repetir esas palabras que tantísimo dolor me habían provocado. Solo sé que ahora estaba sola, ya nada de mi vida anterior quedaba con vida. Aún tenía algo de tiempo hasta que se descubriesen que no fallecí en el bosque, enterrada, golpeada y quemada.

Si, quemada; porque para no dejar rastro de su crimen provocaron un incendio a todo lo que yo amaba, mi hogar, mis verdes prados, el arroyo... Todo devastado por el fuego.

Aún no se cómo logré levantarme de mi sitio, me tambaleé y miré por la ventana...Allí había verdor, flores, árboles...No había llegado la muerte, ni las cenizas. 

En mi mente oí la voz de mi salvador: _Se fuerte, lo has sido. Se fuerte, Marla...

Era la primera vez que oía mi nombre desde esa fatídica noche. Le miré a los ojos, me miraba con angustia, una tristeza real por mi destino. Pero, ¿Por qué yo? ¿Qué era lo que tenía que hacer?... Miles de preguntas abarrotaban mi mente. Un dolor agudo me impidió seguir pensando. Mi ojos gritaban por descargar lágrimas de sangre.

 Lloré; lloré por todos aquellos a los que quería y lloré por aquellos a los que el destino  había sentenciado a muerte por mi culpa. Me derrumbé, pero antes de llegar al suelo me hundí en un cuerpo fuerte y grande, un cuerpo que me ofrecía su calor. 

Beca y Liam se levantaron, se fueron sin hacer ruido. Solamente recuerdo que los dos me besaron antes de dejarme con él.

Sentí unos brazos fuertes llevarme a la cama donde había pasado los últimos tres días. Tres días separaban mi antigua vida de esta incertidumbre de futuro. ¿Qué haría? ¿Dónde viviría?...

Volvió a hablarme en mi cabeza: _No pienses en eso ahora, descansa, recupérate, tenemos que estar preparados. Vendrán a por .

 Lo miré a los ojos desesperanzada, casi no podía verle llenos de lágrimas como estaban, sentí como me depositaba cuidadosamente en la cama y me tapaba con cuidado. Me dio de beber un líquido amarillo. Bebí sin preguntar. Antes de verle alejarse hacia la puerta, le oí decir: _Lo siento mucho.

Intenté acomodar los latidos de mi corazón a mis respiraciones, serenarme, demasiada información, demasiada tristeza... Pero enseguida el cansancio y su brebaje hicieron el efecto deseado, un sueño sin alteraciones ni malos recuerdos. Un sueño tranquilo, como los ojos violetas del dueño de mi nuevo hogar.

A la mañana siguiente me desperté con varias dudas, quería respuestas. El dolor había dejado paso al enfado, a la indignación... Le encontré desayunando en la cocina. Apenas había visto la casa pero no entendía el porqué de que yo sabía donde estaba todo, sabía que estaba ligada a esa casa tanto como a su dueño. Él siguió sentado en su taburete, con esa sonrisita de presumido en su cara. 

Me observaba.

Me dirigí hacia un armario que estaba encima del fregadero y saqué un vaso, abrí la nevera y me serví zumo de arándanos, mi preferido. Yo sabía donde buscar las cosas de la casa, al igual que sabía que él había comprado ese zumo para mí. Todo estaba predestinado, él era mi futuro, mi destino.

De alguna manera yo le pertenecía y él a mí. Me senté a su lado como haría el resto de las mañanas de mi vida. Hablamos durante horas, el zumo dio paso a un café, el café a un vino... Del vino a la comida.
La cual me preparó muy gustoso arrastrándome al baño, bromeando sobre mi olor corporal. Era como si fuésemos viejos amigos, conocíamos nuestros gustos, terminábamos las frases uno por el otro... Al salir de la ducha había ropa limpia sobre la cama, un chándal de chica, de mi talla, ropa interior y un par de camisetas. Por curiosidad miré los cajones de la que sería mi cómoda. Estaba llena de ropa: Me estaba esperando.

Desde que conocieron la profecía, diferentes druidas, habían vaticinado que sería en este siglo cuando se haría realidad. Al parecer al cumplir los dieciséis yo misma debía guiar a mi compañero a través de mis sueños. Nos encontraríamos, me cortejaría, saldríamos... Y cuando confiasen en mí me contarían su historia. 

Él y su familia me acogerían en su casa al cumplir yo los dieciocho.
En la primera luna llena habría una fiesta de unión y tendría lugar una ceremonia para unirme a él. Nuestra unión sería bendecida con el primer hijo de un hombre lobo que no arrastrase la maldición de su padre, sería un bebé mortal, humano. Pero todo se apresuró, decidieron terminar conmigo antes de cumplir mi mayoría de edad.

Quedaban dos meses para mi cumpleaños. Todo se había precipitado. 

_¿Preparada para el entrenamiento, muñequita?_. Miré a Jam, guapísimo, alto, fuerte. El primer reto sería asumir mi nueva vida, contaba con él para ello. 

_Por supuesto, muñequito.
Salí delante de él moviendo exageradamente mis caderas. Oí una gran carcajada detrás de mí y un gruñido de animal hambriento, muy hambriento.

 Oí una gran carcajada detrás de mí y un gruñido de animal hambriento, muy hambriento

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                          Marla es Mila Kunis



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