Madison.
Johan salió de mi cuarto, para prepararme mi desayuno.
Suspiré profundamente y en mi rostro apareció una sonrisa.
- ¿No es precioso?- le pregunté a un oso de peluche, que estaba en mi cama.
Hoy era un gran día, ya que no había clases porque ese día empezaban las vacaciones, era mi cumpleaños y tendría todo el día a Johan a mi lado, y era muy feliz por eso.
Recordé su promesa, debía darme un gran regalo hoy, y aunque no fuera así me encantaría de todas formas, ya que era algo que venía de el.
Se abrió la puerta de mi cuarto y apareció mi mejor amigo, trayendo una bandeja llena de comida.
Me quedé boquiabierta, allí había desayuno como para una semana.
- Tranquila, que no sólo es para ti- dijo, al ver mi cara- yo tampoco he desayunado, aun- se sentó a mi lado y depositó la bandeja en mis piernas- después de todo, hoy es un día especial, y quería desayunar con mi mejor amiga.
Le sonreí abiertamente y tomé una taza con café del montón. El me imitó.
- Así que...- comencé a decir. El levantó sus cejas, observandome- ¿no tienes algo para mí?
El rió con ganas y bajó las escaleras. Escuché que se cerraba la puerta.
Corrí a mi ventana y observé a Johan, caminando hacia su casa.
- ¡No tienes que irte!- grité, bromiando.
- ¡No es eso!- respondió. Entró a su casa y se asomó por la puerta después de unos cuantos minutos- ¡cierra los ojos!- gritó.
Lo observé por unos segundos, hasta que me dirigí a mi cama y allí me senté, aguardando.
Escuché el sonido al abrirse la puerta y al subir las escaleras.
Apoyé mis manos en los ojos.
Johan abrió mi puerta y entró.
- No veas- me dijo.
- ¡Ya, Johan!. Quiero mi regalo- respondí.
Sentí que la cama se hundía, al sentarse a mi lado. Tomó mis manos y las colocó sobre algo suave...
Sentí algo en mi mejilla, abrí mis ojos.
- ¡Ho, es precioso!- ante mí tenía a un cachorro de pelaje marrón oscuro. Tenía su lengua colgando y movía su cola.
- Creí que te gustaría.
Me sumergí en sus ojos azules.
El perrito lengüeteó mi nariz, haciendome salir de mis pensamientos.
Johan rió por lo bajo.
- Necesita un nombre, ¿no lo crees?
- Mmmm... ¿es el o ella?
- Es ella- afirmó. Tomó al perrito en sus brazos- ¿Qué te aparece Cloe?
Yo negué con la cabeza.
-¿Madi?
- Perfecto- le sonreí.
Nos quedamos allí, en uno de esos momentos en que ninguno de los dos decía nada y solo nos contemplábamos a los ojos. Johan separó su mirada.
- Tengo algo más- dijo, rebuscando entre sus bolsillos.
Tomó un pequeño paquete y me lo tendió.
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Amor y magia, convinación perfecta.
RomanceMadison conoce a Johan. Se hacen inseparables. Pero el destino los aleja. Madison, al verse sin saber nada de Johan quien ha desaparecido misteriosamente, decide ir en busca de su mejor amigo. Así descubrira un secreto.