Cap. 7

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Johan.

- ¡Hijo, levántate, ya es hora!- gritó mi padre, desde abajo. 

Cerré aun mas fuerte mis ojos. Casi no había dormido, me la había pasado considerando el riesgo que suponía estar con Madison, mientras estuviéramos juntos, ella estaría en peligro. 

Suspiré y comencé a vestirme. Antes de ir al aeropuerto, mi padre y yo vigilaríamos los alrededores, por si acaso alguna persona no deseada nos estaba esperando, y Quevin junto con Clara tomarían otro avión, para asegurarse de que no recibíamos visitas en nuestras casas.  

Estaba todo preparado, según los cálculos, todo saldría bien. Debía salir bien. 

Salimos afuera y comenzamos a caminar por el barrio, en distintas direcciones. 

Me dirigí hacia el parque, escrutando cada sombra, agudizando mi oído, y sin dejar de tener mi móvil en la mano, en caso de que necesitara refuerzos. 

Algo se movió cerca de los árboles, entre los arbustos. Me dirigí allí silenciosamente, tiré una piedra.  

Bufé, sólo era un ave. 

- Debo tranquilizarme- murmuré para mi. 

Seguí caminando.  

Mis pensamientos comenzaban a dispersarce. Sólo pensaba en Madison, en el día que habíamos pasado, en cuanto me divertí estando con ella. Recordé cuando caí sobre ella, cuando nuestros rostros estaban a centímetros.  

Me sonrojé. Mis labios casi habían rozado los suyos. Todo ocurría por algo, ¿quizás el destino me señalaba algún hecho?, ¿quizás mi destino era estar con ella?, ¿podría ser que...ella me amara, también? 

Sonó mi móvil. 

- Todo asegurado, vuelve a casa. Nos vamos hacia el aeropuerto- dijo mi padre, rápidamente. 

Me reuní con mis padres enfrente de la casa de los vecinos.  

Se asomó Madison por la puerta. Mi corazón comenzó a latir a mil, mis pensamientos sólo se concentraron en ella, sólo me recordaba lo feliz que era cuando ella estaba a mi lado. Todos los malos presentimientos se esfumaron. 

- Hola- saludó, dedicando una gran sonrisa. 

- Hola, querida- dijo mi madre, sin dejarme responder- ¿ya están listos? 

- Por supuesto- dijo su padre, asomándoce.  

Subimos las maletas al auto y partimos a tomar el avión. 

Sobresaltado, tome conciencia de la realidad. Sin abrir los ojos, intenté tranquilizarme. 

Sentí una caricia en mi rostro, y una mano en mi cabello. Me acariciaba dulcemente. 

- ¡Ho, disculpa!- dijo Madison, al verme despierto. 

Le dediqué una pequeña sonrisa. 

- No, no te preocupes- dije, mientras me sentaba correctamente- no ha sido tu culpa. 

- Y entonces, ¿qué te despertó? 

Lo pensé por unos minutos. Las imágenes volvieron a mi mente. 

- Tube una pesadilla. 

- Ho, ¿quieres contarme?- preguntó, dudando. 

- Es una tontera- le respondí, restando importancia. 

Mi amiga bostezó, estaba visiblemente cansada.  

- Debes descansar- le comenté, pasando mi brazo por su hombro, para que se recostara en el. 

Amor y magia, convinación perfecta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora