Cap10.

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Bostezé; La sra.Beaton explicaba números. Y más números. No entendía su lenguaje. Tal vez era el idioma de las mates, no obstante, yo no lo entendía. Pasé minuciosamente mi delicado dedo por el papel, trazando círculos que acababan siempre en la misma dirección. No podía contenerme. Cojí mi lápiz y redacté en mi agenda dibujos al azar, simulando apuntar los deberes.

Ella me lanzó una mirada dubitativa, se acercó a mí y pudo ver los dibujos.

Pillada. Pensé.

—Deja de hacer dibujos y céntrate.

Me parecía la profesora más horrible del instituto. La magia que me entregaba siempre era oscura, una magia extraña, se llamaba odio. El odio hacia mi que ella poseía y que yo poseía hacia ella era incontrolable; pues cuando por primera vez entré por la puerta de aquella aula, ya me había petrificado con su mirada.

Un escalofrío recorría mi cuerpo cada vez que clavaba sus ojos en mí, sus penetrantes pupilas marrones transmitían inquietud, y burla.

Sonó el timbre. Procedí a recojer mis libros; y a entrar a las próximas clases con una vaga sonrisa.

Cuando por fin acabó la semana, día que esperaba desde el reconocido Lunes, fui a casa a comer.

El Viernes lo tenía libre; Tenía tiempo suficiente para reflexionar sobre todo lo que me rodeaba.

Iris...volví a pensar. ¿Alguna vez le diré todo lo que siento hacia su grupo?

Cuando la mañana del Sábado cubrió las montañas de mi pueblo, me levanté sonriente, ya que, sabía que hoy iba a ser el gran día; hoy podía volver a sentirme una de ellas.

Hoy me tocaba ir a Shaneville, el pueblo donde vivía mi abuela Marie.

No obstante, llegué tarde a la quedada; pues los quilómetros de vuelta evaporizaban el tiempo.

Mi hermano bajó del coche junto a mí, quien lucía sonriente al encuentro.

—Me gusta mucho la novela que estás escribiendo en Wattpad. Dijo Melanie, recostándose sobre una pared.

La pequeña llama de mi interior se iluminó de tal manera, que se pudo notar en el brillo de mis ojos.

—Gracias. —Respondí con la sonrisa intacta.

Era increíble que ella me dijése eso. Y me alegraba saber que ella reconocía algún talento desconocido que podía haber en mí.

Hoy íba a ser una tarde movida.

Arranqué la conversación con un saludo cuando vinieron mis amigos.

Hoy íbamos a convivir como grupo después de la gran discusión.

Desde mis ojos {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora