capítulo cinco

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Estaba volviendo del instituto como solía hacer. Habían pasado dos semanas desde que había hablado con Jungkook. Lo he visto varias veces pero él siempre acaba escapando. Por lo que sé, no podemos ser amigos por problemas entre nuestras familias. Él era aquel niño del que mi madre me habló, pero realmente yo no veía nada malo en él.

Fui hasta un parque, el único en todo el pueblo en realidad. Vi a un chico cerca de un bar cercano. Tan alto y castaño como Jungkook. Era él.

Decidí no hablar con él, podría echarse a correr. Aún lo recuerdo gritándome que me fuera. No entiendo por qué siempre me grita lo mismo.

– ¿Hay algo que desees?.– Dijo la camarera, haciendo que Jungkook se girase y me descubriese.

Jungkook me miró sin mostrar nada en absoluto así que pretendí hacer lo mismo.

– Un café por favor.– Sonreí un poco y luego ella se centró en Jungkook. De verdad quería decirle algo. ¿Podríamos romper esos estúpidos lazos familiares?

Me había escapado de casa. No para siempre, pero me iba a primera hora de la mañana y volvía cuando mi madre ya dormía. Realmente no me importaba si mis padres me gritaban. Solo necesitaba estar sola por unos días.

– Observar a las espaldas es de mala educación.– Oí la voz de Jungkook hablarme justo antes de ir hacía la puerta. Me bebí corriendo mi café y lo seguí.

– Jungkook.– Lo perseguí.

– Lárgate, Hyeon.

Juro que cada vez que decía eso me daban ganas de romperle un palo contra la cabeza.

– Jungkook por favor. No hemos terminado de hablar.

– Hyeon te he dicho que te larg-

– Te echo de menos.– Susurré. Él se paró en seco y se giró.

– ¿Me echas de menos?

Me quedé en silencio.

– Hyeon, te dije que no deberíamos hablarnos. No tienes que echarme de menos.

– Juengkook por favor, habla conmigo.

Él suspiró y se sentó en la casa más cercana. Justo en la que nos conocimos. Me sorprendió eso, ¿No se suponía que debería de alejarme?

– ¿Qué quieres?.– Pasó sus dedos por su pelo.

– ¿Que fue lo que dijiste la última vez?.– Me senté a su lado. Él arrugó sus cejas, intentando recordar.

– Que te fueras.

– No eso.– Él sabía lo que quería oír.

Soltó un suspiro nervioso.

– Antes de que salieras corriendo.

– Hyeon...– Rodó sus ojos.

– ¿Te gusto?

– No puedo.– Miró para otro lado y se levantó.

– Jungkook.– Agarré sus muñecas.– Jungkook, tu también me gustas.

Él se paró por un momento pero siguió caminando.

– ¡Jungkook!

Él se paró y me gritó.– ¡No podemos estar juntos!

– No tenemos por qué seguir esas mierdas de familia.

– ¿Qué te pasa?.– Él me miró a los ojos mientras bajaba el tono de voz.

– ¿Qué quieres decir?

– ¿Estás deprimida?

– No.– Mentí. De echo no lo estaba, solo algo triste.

Él agarró mi barbilla y me obligó a mirarlo. – ¿Qué ha pasado?

– Problemas con mi familia.

Él arrugó sus cejas y envolvió sus brazos en mi cintura.– Has adelgazado.

– Lo sé.– Suspiré.

– ¿Qué te pasa?.– Repitió.

Me tomé un momento en responder.

– Tú.– Respondí.

Él no dijo nada, solo me abrazó. Pueda que fuera todo lo que necesitaba.

– Lo siendo.– Susurró.

– Te echo de menos Jungkook... Me gustas mucho.– Admití.

– Lo siento...– Se soltó de mi.

– No de nuevo, por favor.– Dije mientras él daba pasos hacia atrás.

– ¡Lo siento!.– Gritó.– ¡Da igual cuánto lo quiera, no puedo!

– ¿Por qué no?

– Soy... Soy un asesino, Hyeon.– Una lágrima resbaló por su mejilla.

Lo miré en silencio.

– No.– Sacudí mi cabeza.– Sé que no lo eres.

– ¡Pero tú no sabes nada! Yo soy el causante de todas esas muertes y accidentes en el pueblo, Hyeon.– Se limpió la cara con la manga.– ¡Tuve que hacerlo, Hyeon! Fueron los espíritus.

– ¡Jungkook!.– Intenté seguirle pero él ya había escapado.

Ahora no tenía a nadie. Ni si quiera sé si debería decirle algo de esto a alguien. Todo lo bueno estaba destrozándose a mi paso.

¿Por qué nada podía salir bien?

Murder House ☹ jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora