capítulo nueve

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Estábamos entrando en la casa. Sí, nunca pensé que esto llegaría a pasar.

— Jungkook. ¿Quién es ella?.– Una voz habló. Me encontré a un hombre no demasiado mayor. Tenía los mismos ojos que Jungkook.

– Hyeon.

– Hola Hyeon, yo soy Namjoon.

– Hola Namjoon.– Dije mientras le hacía una pequeña reverencia como saludo.

– Estoy muy orgulloso de ti, Jungkook.– Luego se giró y volvió a hablarme a mi.– Vas a conocer a los demás, supongo. No te preocupes, Jungkook estará contigo todo el tiempo.

¿Orgulloso de qué? Pensé que serían malos, pero realmente estos espíritus parecían tan... Normales. Incluso buenos.

La casa era más grande de lo que parecía. Jungkook estaba nervioso por alguna razón, estaba más frío que de costumbre.

– Señor Robert.– Saludé cuando apareció al fondo de la escalera. Era el único que me quedaba por conocer.

– Hyeon.– Dijo con una sonrisa fingida.– Qué bueno verte... de nuevo.

– Jungkook, no entiendo por qué nunca me dejaste entrar... Parecen muy buenos.

Él suspiró.– Hyeon.

– ¿Qué ocurre?.–Ya los conocía a todos.– ¿Quieres ir a algún sitio?

– No puedo salir.

– ¿Por qué no?

– Yo... Solo quedémonos aquí.

– Bueno... ¿Qué haremos aquí?.– No obtuve respuesta.– Vamos, solo un pequeño paseo. ¿Qué ocurre?

– Quedémonos aquí.– Se sentó en el porche, cerca de la puerta. Sabía que algo lo estaba molestando aunque aún no entienda el qué, todo parecía normal.

Miré un rato en otras direcciones pero cuando miré a Jungkook de nuevo, él estaba preocupado y cansado.

– ¿Qué te está molestando?

– ¿Qué? Nada, estoy bien.– Sonrió.

– ¡Entonces salgamos!

– ¡Hyeon no puedo!

– ¿Qué te ocurre?

– Hyeon, yo... No puedo.– Susurró, casi a punto de llorar.– Yo no lo hice.

– ¿Hacer el qué?

– Yo fui el más herido de todos.– El fuego. Estaba hablando del fuego.– Yo no lo hice.

Por un momento pensé que me quedaba sin aire, intentaba respirar, pero no podía.

– ¡Estoy muerto, Hyeon!

Sacudí mi cabeza.– No. Si estuvieras muerto no estarías delante mía.

– Soy un espíritu. Si nosotros queremos puedes vernos. No puedo salir de casa, ahora solo puedo quedarme aquí para siempre.

– Pero... Cómo...

– Cuando me dejaste en el hospital.– La voz se le quebraba poco a poco.– No aguanté mucho más.

– ¡No puedes estar muerto!.–Grité.– ¡Estabas bien!

Él se levantó y entró en la casa mientras veía como lloraba. Él no podía hacer nada, nunca volvería a verle.

No quería perderlo de nuevo.

Murder House ☹ jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora