capítulo diez

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Me quedé allí sentada llorando por un buen rato. Jungkook no podía estar muerto. Él no podía dejarme. 

Alguien agarró mi cintura y por un momento pensé que era Jungkook, pero era Seokjin, uno de los espíritus. 

- No puedes irte.

- Tengo que irme.- Intenté deshacerme de él pero entonces vi a Jungkook detrás de él sin hacer nada.- Jungkook, necesito irme.

- Te quiero, Hyeon.- Susurró.- Espero que puedas perdonarme.

- ¿Qué está pasando?

- Te lo explicaremos dentro.- Dijo Seokjin.

Él era demasiado fuerte, no podía soltarme, acabé siendo obligada a entrar y vi a todos los espíritus resunidos, esperándome en el salón.

- Siéntate.- Dijo Sam con una mirada firme muy distinta a cuando le conocí. No le hice caso pero Jungkook y Seokjin me empujaron, obligándome a sentarme. Jungkook parecía apenado e incómodo.

- Como sabes, Jungkook murió en el fuego. Ahora ninguno de nosotros es humano, solo tú. Y ya que estás viva y sabes toda esta mierda gracias el imbécil de Jungkook.- Seokjin me miró.- Te hemos escogido.

- ¿Escogerme para qué?

- Para ser la asesina.- Yoongi sonrió desde una esquina.

Mis ojos se abrieron de par en par y sentí como me quedaba sin aire. ¿Es por eso que Jungkook me dejó entrar? ¿Era todo una trampa?

- ¡No!.- Grité.- Sois una panda de fantasmas psicópatas, ¿No podéis simplemente descansar en paz y dejar de arruinar la vida de otras personas?

Yoongi tensó la mandíbula y supe que no debí de haber dicho eso.

- Opción dos.- Dijo Robert desde un sofá en frente a donde estaba yo sentada.- Mueres.

- ¿¡Qué!?.- Grité.

- Que te matamos joder. ¿Estás sorda?.- Hoseok pateó la silla en la que estaba. Realmente pensé que eran buenas personas.

- O eres la próxima asesina o te matamos. Estás en nuestra propiedad ahora.

- ¡Jungkook me trajo aquí!

- Exacto.

Miré a Jungkook desesperada.

- ¿P-podemos hablar un momento?.- Dijo mirando a Robert.

- Cinco minutos.

Jungkook me tiró de la mano hasta la habitación de al lado. Estábamos los dos solos. Habría sido genial de no ser porque al parecer había muerto y su familia quería matarme.

- Ha sido idea suya lo prometo.- Susurró.

- ¿Así que me mentiste todo este tiempo? Solo querías que fuera la próxima asesina, ¿Verdad? No tendrías que hacerlo tú por mas tiempo.- Empecé a llorar.

- ¡No fui yo! Ellos tomaron control de mi.- Agarró mis mejillas y me obligó a mirarle.- Mírame, tu no puedes ser una asesina. Te destrozarán la vida.

- ¡Lo sé! ¿Y qué hago? ¿Morir?.- Lloré más fuerte.

- Si murieras podríamos estar juntos...- Susurró.

- ¡No puedo morir! ¿Estás loco? Incluso si muero no podría verte, esta no es mi casa, no me quedaría aquí.

- ¡Hyeon lo siento!.- Su voz se quebró y rompió a llorar conmigo.- Lo siento por toda esta mierda. Realmente pensaba que podía darle una oportunidad al amor, pero no funcionó. Lo siento por todos los accidentes en el pueblo. Lo siento por los guantes. Lo siento por romper tu calabaza. Lo siento por meterte en este infierno. Lo siento por decirte que te alejaras de mi cuando en realidad solo quería que te quedaras conmigo. Pero sobretodo lo siento porque te quiero.

- Y yo lo siento por quererte aún siendo un monstruo traidor.

- Hyeon.

- ¿Qué haré, Jungkook?

- Escapa. Ellos pueden torturarme todo lo que quieran, no podrán matarme de nuevo.- Suspiró.- Huye hacia la puerta, yo me encargo de ellos.

- Así que, ¿Esta será la última vez que te vea?

Él asintió.- Vete.

Lo miré un segundo, un segundo eterno en el que el tiempo pareció pararse. Luego corrí lo más rápido que pude, todos salieron detrás de mi intentando matarme. Yo corrí lo más rápido que pude, mis pulmones se encogían y mi corazón latía muy deprisa. El viento contra mi cara hacía que las lágrimas se secasen antes. 

Tardé más de lo que pensé en darme cuenta de que estaba ya muy lejos de la casa, ¿Para qué correr tanto? Con salir del propio jardín habría bastado.

Volví hacia la calle pero para ir a mi casa, antes de entrar miré hacia la casa. Allí estaban todos, torturando a Jungkook y pegándole con todas las armas que encontraron. Por mas que quisiera ayudarle, no podía. 

Entré en casa y me encontré a mi madre viendo la televisión. 

- ¿Estás bien?.- Preguntó mi madre tranquila mientras se levantaba a por unas palomitas. Me vio de casualidad subir por las escaleras.

- No.

Murder House ☹ jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora