Luke Skywalker

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Crónica de Kenobi #4
La vida en aquella isla había sido dura. Sentía que les había fallado a todos. Se reprochaba no haber hecho algo para evitar que Ben cayera en el Lado Oscuro de la Fuerza pero ya era tarde, su sobrino estaba lleno de odio desde que Jacen murió.

Jacen, su hijo. Si cerraba los ojos aun podía ver su rostro: ojos azules como los suyos y pelo marrón tirando a rubio, sus rasgos eran los suyos pero el temperamento era de su madre.

Cuando se unió a la fuerza fue lo más doloroso para todos. Lo extrañaba. Todos los días hasta que muriera. También recordaba al resto de su familia como si los hubiera visto ayer.

Su alma se sentía cansada; había sentido una perturbación en la Fuerza unos días atrás y solo eso le basto para saber que su gran amigo Han Solo había muerto. Sabia que Ben lo había echo. Ahora él no tenía salvación.

Sintió una presencia detrás de el y se pregunto cuan metido en sus pensamientos debería haber estado para no haberse dado cuenta antes. Se giro con la capucha cubriendo su rostro para observar a la recién llegada; con un rápido movimiento se la quito para asegurarse de que sus ojos no lo engañaban.

Allí estaba, la única persona que esperaría en ese momento. Esos ojos marrones que tanto quería lo miraban con ternura, admiración, amor. Ella le tendió su sable, el que había perdido junto con su mano derecha, lo miro. Tenia miedo de lo que pasaría si lo tomaba, si lo hacia todo cambiaria.

Tomo el sable... y lo echo a un lado. La chica lo miraba confundida.

- Rey-ese nombre salio de sus labios de una forma única

- Hola papá

Lo siguiente que sabía era que ambos se fundían en un gran abrazo como nunca. El le pedía perdón por haberla dejado en Jakku y ella le decía que lo entendía. El reencuentro no fue muy fraternal pero fue suficiente para ellos. Al acercarse a la nave R2D2 empezó a chillar de la emoción y Chewe le dio un gran abrazo que lo dejo sin aire. Por primera vez en mucho tiempo estaba feliz.

- ¿Nervioso?- le pregunto Rey una vez que llegaron a su destino, antes de que se abrieran las puertas

- Un poco- miro hacia fuera- he estado ocultándome durante tanto tiempo.

Dejo la frase en el aire ya que las puertas del Halcón Milenario se abrieron. Los primeros en bajar fueron el androide y el wokkie seguidos de la chatarrera y el Jedi. Cientos de ojos los miraron al bajar y quedaron posados en Luke. Los miembros de la Resistencia murmuraban entre si, otros veían a la leyenda en persona pero todos tenían una sonrisa en sus ojos.

- ¡LUKE!- grito alguien en la multitud. De inmediato su hermana estaba abrazándolo...y regañándolo- años. He estado años sin saber de ti ¿se puede saber donde demonios has estado?

Iba a responder pero Leia lo cayó con un abrazo más fuerte que el anterior

- Yo también te extrañe hermanita- dijo sonriendo y acariciando su cabello- cambiaste te peinado- por simple respuesta ella sollozo

- Papá- lo llamo Rey y el levanto la mirada. Ella tenia una sonrisa en su rostro mientras sus ojos se alternaban entre el y la mujer que agarraba su mano. Estaba mucho mas vieja pero para el seguía siendo hermosa

- Lucy-la voz de Luke fue un susurro

- Luke

Ambos corrieron a los brazos del otro. Lo primero que el caballero Jedi hizo al ver a su esposa fue besarla. Había extrañado tanto aquellos labios que probarlos de nuevo era como estar en el paraíso. Todo a su alrededor desapareció y solo quedaron ellos dos.

- Te extrañe tanto- dijo Lucy al separarse mientras unían su frentes

- Yo también te extrañe-le acaricio la mejilla con ternura-mi hermosa esposa

- ¿Hermosa? Luke, estoy vieja y gorda

- Igual que yo- ambos rieron- no veo cual es el problema

- Las canas en el pelo, las patas de pollo en los ojos, las arrugas, la falta de años...

- para mí siempre serás hermosa Lucy Kenobi.

- ¿Lo dices en serio?

- ¿Aun lo dudas? ¿Después de todo lo que pasamos juntos?

- No- Se volvieron a besar.

- ¿Recuerdas...lo que te dije en nuestra boda?

- No-ella rió. Si lo recordaba- tal vez debas volver a repetírmelo

Luke sonrío de oreja a oreja, feliz de volver a recitar esas palabras que tan sinceras habían sido en el día más especial de su vida, y que lo seguían siendo

He vagado por mucho tiempo, mas del que me gustaría. Incontables veces creí haber encontrado lo que buscaba, pero me equivoque; sentía que caería al vacio. Pero llegaste tú. Ni tú ni yo lo sabíamos en ese momento, sin embargo paso. Te convertiste en lo mejor que me ha pasado, en mi felicidad, en mi razón de sonreír; y aunque aveces tengamos problemas te puedo asegurar que eres y siempre serás mi único y verdadero amor.

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