"Deceos y Sueños"

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(25 diciembre, 8:30pm-11:00pm)

Estaba envuelto entre periódicos, que quizás el viento habían llevado hasta ahí. Cuidadosamente quito cada uno de estos para verla bien. Su piel se veía totalmente pálida, y sus manos se encontraban frías, tenía que hacer algo y pronto. Tomo al chico como pudo, no era muy pesado, pero ella era ágil no fuerte; con dificultad lo puso en su espalda, cargando sus piernas al estilo "caballito", tendría que llevarlo a algún lugar cálido, el más cercano era su casa, pero... Llevarlo significaría que su identidad secreta podría correr peligro... pero que más daba, en la balanza estaba la vida de su compañero y su identidad, y una vida era más importante, aunque en cierto modo temía que el la acosara después de eso.

Lo cargo como pudo hasta la azotea de su casa, haciendo eso, noto que él estaba aún más frio, lo recostó y se bajó. Soltó un suspiro y volvió a ser una civil común, su kawami la vio callada y se ocultó en la bolsa de la jovencita. La chica se echó ánimos y entro a su casa, tratando de parecer lo menos sospechosa (que era casi imposible para ella) al subir a su habitación. Logrado esto subió por las escaleras que tenía y arrastrando metió al chico, lo recostó en su cama y volvió a ver el anillo.

–Marinette... estoy preocupada...– comento el pequeño ser rojo mientras flotaba sobre el hombro de la chica. –No es normal que dure tanto la transformación después el segundo aviso–

–Tranquila, estoy segura que él nos dirá que sucede– comento la chica tratando de parecer tranquila, pese a que moría de preocupación. Paso una vez más su mano por su mejilla, se veía tan relajado, y pálido, cualquiera lo podría confundir con un cadáver y eso le aterraba a la chica. Entonces sintió una fría sensación en su mano.

–L...Lady– comento el chico mientras abría los ojos perezosamente. Y el kawami rojo se ocultaba rápidamente. –Tengo frio–

–No, chat, no soy Ladybug– comento la chica sonriendo. –Y como no tendrías frio, te quedaste dormido en la nieve–

–Solo me sentí débil de repente y me caí. – comento el chico con un poco de simpleza mientras se sentaba. –No, se la razón. Por cierto, ¿quién eres? ¡No, me digas que me secuestraste! si es así, no creo que recibas recompensa por parte de mi familia–

–Yo, soy Marinette– respondió mientras pensaba "vaya, ya volvió a ser el mismo de siempre". –Y ya te dije que te encontré tirado en un callejón–

–ah... si jajá– sonrió el felino mientras la veía, tenía unos lindos ojos, muy expresivos. El silencio se hiso en la habitación, no tenían nada de qué hablar, pues teóricamente ninguno de los dos se conocía. Ella pensaba en cómo hacerle las preguntas acerca del anillo sin parecer sospechosa, ya se lo imaginaba gritando "Eres un akuma! Por eso quieres saber más sobre mi anillo, pues no te lo diré" y bueno, eso sería problemático. En cambio él pensaba en que aquel lugar era muy cómodo. Pero rompiendo el silencio que se había formado un rugido se formó en el estómago del chico.

–Jajá, parece que tienes hambre – sonrió la chica cubriéndose la boca con su mano entre cerrada.

–No eh comido nada en todo el día, es lógico que tuviera hambre– comento el chico mientras agarraba su estómago. –Si sigo así adelgazare–

–No, así estas bien, más delgado desparecerías. – Rio la chica –Bien, ahora mismo voy por algo para que comas–

–Gracias– comento el chico mientras ella se iba.

Marinette siempre había sido una buena chica y buena amiga, aunque extrañamente siempre se ponía nerviosa cuando estaba a su lado, le era extraño ver esa forma de ser tan abierta con los demás, y ahora con él. Ahora que recordaba era la segunda vez que la veía ese día, parecía como si el destino quisiera que se encontrara con ella. Aunque también era su salvadora, y eso hasta cierto punto le alegraba; tenía que encontrar el modo de agradecerle... anqué ahora como gato "callejero" que era (ya hasta se había dormido en un callejón) no podría ofrecerle mucho.

Por siempre heroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora