¿Qué vas a hacer esta noche?

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-Capitulo inspirado en la canción de este mismo nombre, de Palito Ortega. Que quieren, me gusta la música viejita.-

28 diciembre (6:00- 11:00pm)

La chica una vez más se encontraba sumida en su miseria, aun cuando Alya le había ido a apoyar, no sentía que de alguna forma el problema se hubiera zanjado. Sentía que todas las ilusiones que se había hecho habían sido para nada. Quizás por el bien de su corazón seria olvidarle, como posiblemente él había hecho, puesto que en sus planes no estaba volverse "la otra", quizás sonaría egoísta, pero le quería totalmente para ella. Un par de lágrimas cayeron una vez más. No era tanto el dolor de despedirse de su amor, si no, de ver su confianza destrozada.

Escucho como alguien tocaba la ventana que daba hacia el balcón-Azotea, seguramente sería Chat Noir, aunque, que ella recordara no había cerrado la ventana. Se levantó mientras se secaba las lágrimas y trataba de practicar su mejor sonrisa contándose chistes mentales, ya no era momento de estar triste. Subió las escaleras y abrió con cuidado la ventana.

-ya puedes entrar gatito... ¿Gatito?- Por más que lo buscara él no estaba a los alrededores, todo se encontraba relativamente igual, y digo relativamente por el pequeño muñeco de nieve sobre la mesa del centro. Le miro enternecida y noto una pequeña flecha que daba hacia enfrente, ella se asomó rumbo al balcón y vio un par de bolas de nieve "Arriba de ti" escribían. Giro su cabeza hacia arriba y en ese instante sintió las manos de alguien sobre sus ojos.

-¿Quién soy?- Comento divertido el chico, jugando con su voz para dar un tono más grave.-

-Hum... No se...- comento la chica riendo un poco. -¿Nino?-

-no- canturreo el chico. -Mis ojos son más exóticos-

- Esta bien, está bien ¿Nathaniel?-

-Mi cabello es más claro- rio el chico al final.

-Es Adrien- La voz del kwami no se hiso esperar.

-¿Ariel?- Comento la chica, al no haber escuchado bien y sin poder evitar hacer el comentario.

-¿Cómo lo adivinaste?- comento el chico de una forma un tanto afeminada. -Es por los problemas con mi padre, el hecho de haber dado todo lo que quiero por estar con alguien o por lo callado que soy-

La chica cubrió su boca levemente con el torso de su mano para sacar una pequeña risa.

-Debe ser lo segundo- La sonrisa de ella no podría ensancharse más.

-Solo por haber descubierto quien soy, esta noche te llevare a un lugar especial- en la voz del chico se podía notar la emoción. -o ¿es que acaso estas ocupada?-

-No... creo que no...- Marinette no estaba segura de su respuesta. -¿Pero a donde me llevaras?-

-No te preocupes por eso- comento el chico mientras la volteaba frente y sacaba su bastón, para ponerse sobre él y extender su mano hacia ella. -¿Confías en mí?-

-¿Qué?- La chica dudo por un momento, pensando en todas las razones para no hacerlo.

-¿Qué si confías en mi...?- El chico le extendió una vez más la mano insistiendo.

-... si...- Fue rápidamente el momento en que el chico la tomo de la cintura y la elevo con él.

-¡¡Plagg, te encargo la habitación!!- grito el chico mientras se despedía por los cielos.

-Sí, solo no me culpen si ya no hay queso después- comento mientras se metía a la habitación, probablemente sería bueno buscar a la kwami roja para charlar.

Por siempre heroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora