Era 31 de marzo. Habían pasado seis días de que la profesora asigno el trabajo y desde ese entonces Michael no pudo sacarse a Isaac de encima, es más, se quedaba durante los recreos junto a él.
Eso no era nada bueno saben.Porque Isaac creía que estaban camino hacia la amistad y Michael no quería nada de eso.
---¿Por qué nos miran tanto?---susurro con cierto enojo mich.
---no lo sé, tal vez porque no se esperaban esta dupla.-rió Isaac.
---ni nosotros.---murmuro.
---mmm es cierto, pero genial no lo crees.---le dio un pequeño golpe cito con su ante brazo.
---no.---contesto serio.
---ya Luna, ¿no estás feliz conmigo?---soltó con cierta tristeza.
---no... es solo que podría hacer el trabajo solo. No necesito compañero, es eso.
---yo también podría hacerlo solo, pero por algo quiere que lo hagamos en grupo.
- --no me llevo bien con la gente sabes.---le confesó Michael sonando obvio.
---yo creo que jamás le diste oportunidad a la gente, eso pasa. ¿Qué tal si me dejas ser tu amigo?
---no.
-- No necesito amigos, estoy bien así.----contesto defensivo, cruzándose de brazos.---
---bueno, no me voy a dar por vencido fácilmente.---sonrió Isaac.
---¿Por qué quieres ser amigo de alguien como yo?--- suspiro con enfado Michael. No lo entendía.
---pooorque, creo que eres diferente al resto sabes, eres como una incógnita andando y quiero descubrir todo sobre este misterioso chico.---dijo con entusiasmo, pero mich seguía sin entenderlo.
Un suspiro fue lo único que salió de su boca.
Él no tenía nada de misterioso, era solo uno más del montón.
¿Qué podía llamar su atención de de él?
Quizá el ser un fracasado solitario lo convertía en un misterio.
Tal vez eso era.
Dos semanas después del trabajo era 6 de abril y había llegado el día de entregarlo. Afiche, apuntes y un Isaac que no paraba de repasar los borradores. Porque había que dar una pequeña lección al curso y Michael no sabía acerca de esa parte.
El jamás había hablado frente a la clase. Tenía miedo, no más que eso. Tenía pánico.
---hey tranquilo, yo daré la lección y tú solo tendrás el afiche.---lo animo su compañero.
---¿en serio?.
---jaja si en serio, sé que solo te trabarías como un tonto frente a la clase y no quiero ver eso.---bromeo, pero Michael sabía que en realidad el lo hacía porque era consciente del miedo que le tenía Luna a la gente.
---gracias.---intento no sonar tan seco como de costumbre.
---no hay porque, sólo trata que el afiche no se resbale de tus torpes manos.---le dio un ligero codazo.
---ya, no soy tan torpe como para que algo así suceda.---sonrió y sabía que después de todo no había sido tan malo trabajar en equipo esos días.
---Luna y Mathew al frente por favor.-
Y todo paso más lento que un caracol al andar. Como era de esperarse toda la clase no paraba de mirar solamente a Michael y no escuchaban las palabras que salían de la boca de Isaac, eso lo ponía incluso más incómodo que estar expuesto detrás de un afiche, el cual era su salvavidas porque en esos momentos sabia que se veía como un tomate a punto de estallar.
---chicos yo soy el que está hablando no Michael, HOLA.---grito Isaac, todos voltearon hacia él y en ese momento Michael sintió cientos de kilos caer de su frágil espalda.
La clase los aplaudió cuando terminaron y la profesora los felicito por un "excelente trabajo" y como habían cooperado mutuamente. Michael solo quería que sonara la campana y todos desapareciesen.
Quería ser invisible de nuevo y que la gente deje de acosarlo con sus torpes ojos. Él quería ser el de siempre.
---¿Cómo ha ido corazón?---pregunto su abuela con entusiasmo.
---bien abu,pero mal.
---¿Qué ocurrió?--- se sintió preocupación en su voz.
---es solo.. Que no dejaban de mirarme y se sintió fatal.--- volvía a sentirse como un tomate.
---oh mich,¿creo que llego el momento de dejar de esconderse no crees?.---su abuela acaricio el cabello que solía tapar siempre los ojos de Michael.
---yo no me escondía, solo es que estaba bien cuando nadie me veía.
---llego el momento de soltarse hijo, de crecer y mostrarte cómo eres.
---yo estoy bien solo, no necesito amigos, ni estar en la mira.- soltaron sus labios a la defensiva.
---ya, por ahora.
---¿y eso qué?
---nada, solo tiempo al tiempo.---soltó su abuela con decepción, ella quería que Michael tenga amistades y se suelte más con la gente, pero era consciente que esas cosas eran más que imposibles para su nieto.
---abuela estoy bien, todo estará bien mientras te tenga a ti y tus locas historias.---sonrió Michael--
---pero eso no será para siempre, lo sabes.---él lo sabía, claro que sí.
---pero haré todo lo posible por que estés siempre conmigo. ---sonrió.
---lo estaré hijo, cuando desaparezca, siempre estaré presente susurre historias en el viento.---dijo su abuela con voz imponente, como recitando alguna famosa frase.
---basta, no quiero que hables de estas cosas, falta mucho para eso.---soltó con nostalgia Michael.
---de acuerdo, pero quiero que me hagas una promesa.
---¿Qué cosa?
---harás amistades y cuando ya no este, me contaras tus historias y aventuras a través de un lápiz y un papel.---su abuela de repente se puso seria, como si fuese una promesa importantísima.
---no puedo prometer algo que no si podre cumplir. Michael mordió su labio con nerviosismo.
---Lo harás corazón.---y entonces su abuela volvió a sonreírle como siempre solía hacerlo.
Como si supiera lo que vendría, como si leyera el futuro y es que así parecía ser. Siempre se salía con la suya y terminaba teniendo la razón, era como si moviese una barita mágica y las cosas se cumplían así en pocos días.
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extra-ordinario.
Fiksi RemajaMichael era un chico normal como todos, en realidad no tenía nada en absoluto que lo haga especial. O sí. Quizá él no sabía que todos los "chicos normales" no son callados, que no a todos les molestan las personas y sobre todo que no todos los chi...