#251 Antes de Marcharse

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Todos estaban en la biblioteca. Todos estaban sentados a excepción de Kier, quien estaba de pie frente a ellos. Ina quiso decir algo, pero apretó su puño, esperando a que Caern reaccionara. Él no sabía que a Kier le afectaba la Locura.

"He visto Magos Locos, Kier. Tú no eres uno de ellos."

Kier vio a Caern y dejó su Locura salir por un segundo. Sus ojos brillaron verde.

Los ojos de Caern se abrieron. "Honestamente no sé qué debería hacer en estos momentos."

Kier sonrió. "¿Ya perdiste el interés en mí?"

Caern mordió su labio, arrpentido. "No, lo siento. No es mi lugar juzgarte por sucumbir ante la maldición de tu tipo de Magia."

"Estoy acostumbrado. No te preocupes. Pero sí espero que cumplas tu palabra. Dijiste que podía pedirte el favor que quisiera."

"Los cuidaré, Kier. Lo haría sin que me lo pidieras."

El Mago vio a Ina, le guiñó un ojo, y luego volteó haciaIrel.

"¿Quieres decir algo, pequeña canibal?"

"¿Puedo decir algo que te haga quedarte?"

"Lo siento, linda. De verdad debo irme."

"No te quiero perder, tipo loco. Ya perdí a mi mamá y mi hermana."

Kier rodeó la mesa para acuclillarse junto a la niña.

"Si no hago esto, lo más seguro es que me pierdas, pequeña canibal."

Irel bajo la mirada. No sabía qué más decir.

"Perdón. Sé que no quieres aceptar lo que está pasando, pero tienes que hacerlo porque te lo decimos. Te prometo que cuando seas mayor, lo harás a menor medida. Te prometo que cuando seas mayor, no tendrás que hacer nada amenos de que tú quieras hacerlo."

Kier cargó a Irel y besó su cabeza. La niña recargó su cabeza en su hombro.

El Mago vio In. Ella le regresó la mirada e hizo un ademan hacia la salida de la biblioteca. Keir asintió.

"Tienes que conocer mejor a Caern y a Nochedorada, pequeña canibal. Voy a hablar con Ina y después regresaré para decir adios. ¿Esta bien?"

Irel asintió. Kier la dejó abajo, luego extendió su mano para que Ina la tomara. Ella lo hizo, se paró, y ambos se alejaron de los demás.

El pulgar de Ina acarició la mano de Kier. Él sonrió, alegrado de que ella no estuviera enojada con él.


Palabras Y Hierbas 7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora