Caern vio a un búho pigmeo volar y meterse a su casa adentro de un gran cactus a una corta distancia de él. Sonrió con una idea en su cabeza. Vio que había otro cactus cerca, lo cual era conveniente.
Tomo algunos componentes de la bolsa de Ina y empezó a molerlos. Nochedorada etaba acostado junto a él con los ojos cerrados. Sus orejas se levantaron.
"Ya regresaron," dijo sin abrir sus ojos.
"Justo a tiempo."
Menta trotó, escalando la duna, acercándose a Caern y Nochedorada con paso alegre.
"Lo hicimos," dijo la voz de Ina. El cuerpo de Menta se sentó frente a Caern.
"Y fue muy rápido," dijo Caern poniendo el polvo resultante de su molienda en una hoja grande. "A mí me tomó dos noches recordarme a mí mismo."
"Oh." La cabeza de Menta se inclinó a un lado. "¿Eso es bueno?"
"Es maravilloso." Caern sonrió y ató las puntas de la hoja, haciéndola una bolsita para el polvo adentro.
Menta vio el cuerpo dormido de Ina. Ina se vio a si misma acostada de lado sobre la arena. Sus costillas subían y bajaban. Sus labios estaban ligeramente abiertos y algo de saliva salía de su boca.
Menta se movió para sentarse de tal forma que pudiera tapar el rostro de Ina a la vista de Caern.
"¿Cómo regreso a mi cuerpo?" pregunto ella.
"Solo hazlo," dijo Caern. "Concentrate. Piensa en ello."
Fue en realidad muy fácil, y no tomó nada de tiempo. Menta cerró sus ojos, se concentró, e Ina abrió sus ojos en su cuerpo.
"Guau," dijo.
"Y si quieres volver a compartir el cuerpo de Menta, sólo tienes que hacer lo mismo que acabas de hacer," dijo Noche dorada. Seguía sin moverse y sin abrir los ojos.
"¿Recuerdas que nunca pudiste hacer que fuego apareciera de la nada?" preguntó Caern. "Que tenías que usar aceite de fuego."
Ina se sentó limpiando la saliva de su mentón discretamente. "Sí."
"Tomá estó." Caern le dio la bolsita a Ina. "Usa tu Magia para prender ese cactus en fuego," apuntó al cactus que había visto antes.
Ina tomó la bolsita, pero se paró para acercarse al cactus y estudiarlo.
Caern sonrió. "Serás una excelente Druida de verdad."
Ina extendió su mano al hoyo del búho pigmeo. Le tomó unos segundo, pero el búho brincó sobre su mano y la vio con sus ojos negros y dorados.
"Si vamos a destruir, mostraremos conciencia antes de," dijo ella, citando un libro que había leído hacía tiempo.
Un libro lleno de historias de Draoix.
"El de allá no es un hogar," dijo Caern apuntando al otro cactus. "Inténtalo con ese, Druida."
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Palabras Y Hierbas 7
FantasyKier e Ina trabajan arduamente para ayudar al Druida maldito, al Druk. No obstante, la advertencia de Gail y Ciliria fue muy en serio. ¿Qué pasa cuando una madre psicótica persigue a su hija con la ayuda de su sobrina demente? ¿Qué pasa cuando se tr...