Palabras Y Hierbas 7

#271 Deliciosa, Delirantemente Loco

Pequeño oso, dijo Kier, ¿acaba alguien de entrar al cuarto?

Sí. La más joven. Gail.

"Quizás no sea el mejor momento," dijo Kier. "Veras, estoy teniendo algo de problemas con mis ojos."

"Pero tú me llamaste, querido Kyer." Ina de ojos verdes caminó hacia Kier. Su cintura se movía exquisitamente. "Querías que viniera."

"Y lo que sea que estás diciendo justo ahora, Gail, no puedo oírte. Al parecer mis oídos también tienen un problema."

"No hay ningún problema, Kyer, mi amado. Yo te puedo oír perfectamente." Ina se quitó la blusa.

Kier la recordaba. Casi perfectamente. Recordaba esa noche y el deseo lo invadió de inmediato.

"Y lo que voy a decir de ahora en adelante tendrá aún menos sentido, Gail. Pero me arrancaste parte de mi oreja con tus dientes así que no me importa si estás cómoda con nuestra conversación o no, maldita bruja."

"Oh, Kyer." Ina dejó que sus pantalones cayeran al suelo y tocó a Kier. "Sabes justo que decir para hacer que una chica quiera montarte hasta que la saliva caiga en gotas de sus labios."

"Eso quizás sea verdad, pero a duras penas tiene algo que ver con la razón por la que te llamé."

"Ah, mi querido, Loco, Loco Mago." Ina lamió sus labios mientras se subía a la tabla a la cual estaba amarrado Keir para sentarse sobre él.

Kier gimió con placer.

"¿Ves? Sólo acéptame, necio idiota. Te puedo hacer sentir así siempre." Ella movió sus caderas.

Kier gimió.

"Solo me necesitas a mí, por lo largo de tu vida." Ella se inclinó para besarlo.

Kier sintió el verde de su Locura colorear sus ojos.

Las manos de ella cubrieron las orejas de Kier, los cuales se calentaron de repente. Él las sintió repararse, curarse. "Puedo tomar esta imagen todo el tiempo, o cualquier otras que quieras que tenga."

Cambió para verse como Athyn. "Puedo ser ella."

Cambió para verse como Gail. "Ella."

Cambió para verse como Ciliria. "Mayor, pero increíblemente atractiva."

Ina apareció parada a su lado, acariciando su mejilla.

Athyn apareció a su otro lado, acariciando uno de sus senos con una mano, y el pecho de Keir con la otra.

"O puedo ser todas ellas, Kyer," las tres dijeron viéndolo con ojos verdes. "Solo tómame. Tenme. Eres mío, querido. Lo has sabido desde antes que pudieras oírme. Estás Loco. Estás deliciosa, delirantemente Loco."