#264 Soltándose

236 32 12
                                    

Caern, Ina e Irel aparecieron sobre una duna de arena. Tan pronto aparecieron, Menta y Nochedorada levantaron sus narices al aire para olerlo

Aunque era de noche, no había nubes en el cielo y la luz de luna era suficiente para dejarlos ver el desierto extenderse en todas direcciones.

"Nunca había visto un desierto antes," dijo Ina.

"Son hermosos, como puedes ver, pero sólo si te quedas por un rato," dijo Caern. "Las visitas prolongadas son lo más cercano que hay al infierno mientras vives."

"Pensé que debían ser calurosos." Ina tembló. Abrazó a Irel. Los brazos de la niña ya se sentían fríos.

"Ah, perdón. Sólo son calurosos durante el día." Caern tocó a ambas chicas. Una luz plateada cubrió sus manos. Ina e Irel sintieron el frío desvanecerse. "Sólo son calurosos durante el día. Durante la noche, el frío es un tanto extremo."

"¿Hiciste un hechizo Rúnico?" preguntó Ina.

Caren rio. "No sé ni una sola Runa, Ina. Usé la luz de la luna como componente universal, de la misma forma que una Bruja puede usar la sangre."

"Ina, ¿Kier está bien?"

Era la primera vez que Irel decía algo desde que Ina encontró a Medes herido en la puerta de su casa. Y casi odia a la niña por preguntarlo. Ina trataba de no pensar en ello. Trataba de no imaginarse las cosas por las que Kier estaba pasando.

Ella había hecho esas cosas. Una vez.

"No, Irel." Honestidad. Kier hubiera sido honesto con Irel. Ina creyó que debería intentar serlo también. "Sé que no está bien. Por eso vamos a ayudarlo."

"¿Pero dónde está?"

"No lo sé, linda." Ina estaba apunto de llorar. "Aurua y Eroemen nos deberían poder decir. Estaremos con ellos mañana."

"¿Por qué no hoy?" Irel dio un brinquito de frustración.

La lágrima de Ina escapó de su ojo izquierdo y se deslizó por su mejilla, dando una curva hacia adelante, a su mentón, y cayó en la arena.

"Porque Kier corre mucho más rápido que nosotros, Irel," dijo Caern. Se arrodilló junto a ella para quitarsela gentilmente a Ina. "Corre tan rápido que nos tomará días alcanzarlo. Y eso nos pone a todos triste. A Ina especialmente. ¿La viste llorar?"

Irel volteó para ver a Ina, quien ya tenía dos caminos húmedos de lágrimas en su rostro.

"Ya que tú no estás llorando," dijo Caern. "¿quizás es tu turno de abrazar a Ina?"

Lo hizo. Irel abrazó a Ina del cuello.

Ina lloró en el hombro de Irel hasta que la niña empezó a hacerlo también, abrumada por los sollozos de Ina.

Ina dejó de llorar instintivamente y abrazó a Irel contra su pecho hasta que la niña cayó dormida.

Palabras Y Hierbas 7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora