Capítulo 8: Las cosas que odio de ti [2/4]

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-¿Por qué?- Preguntó piter.

-Por que hay problemas y el chico ya es mayor de edad, ya es responsable de sus actos y no depende de nadie más.

-Entiendo- Piter hizo una mueca- Pero es un buen chico ¿No podría solo dejarlo ir?
-Lo haría si así fuera el caso- Tenso su cara.
-No entiendo- Interrumpí a piter que estaba a punto de hablar.
-Él chico no tiene su historial precisamente en blanco.
-¿Es una broma?- Él negó con la cabeza- Sé que quizás me pase con lo de tomy y las donas pero de verdad esta no es una broma graciosa.
-No es una broma- Tragué saliva- Según esto- Giró la pantalla y apunto con el dedo- Tiene una detención por robo en un centro comercial y dos por peleas callejeras

¿¡Qué!? ¿Town es un delincuente? Aquí debe haber un grave error es imposible que se refieran al mismo town que yo conozco y amo ¡Es imposible! Simplemente lo es, no puedo creerlo.

-No es necesario que se burle de nosotros- Dije molesto- Qué él- Apunte a mi primo- Lo haya estado molestando no es justificación para que invente una mentira tan grande como esa.
-Calma zarcort, es verdad- Suspiró mi primo.
-¿Qué?
-Todo es verdad.
-¿Cómo?- Dije respirando más rápido de lo común.
-Después hablamos.
-Iré a buscar al chico- Dijo el hombre.
-¿A Alvaro?- Caminé hacia él y me pare junto a él.
-No, al otro chico- Bajé la mirada- Aunque me gustaría dejarlo ir también no puedo, perdería mi trabajo si lo hiciera- Se devolvió a su lugar y volvió a mí con una dona rosa con chispas de colores- Toma y endulza la vida- Sonrió y se fue.

Me devolví hacia piter quién me miraba apenado, bueno cuando me miraba a mí ya que su vista estaba dividida entre yo y la apetitosa dona que tenía loco a mi primo.

-Toda estará bien.

No le conteste ya que no quería hablar con nadie que no fuera town, estaba tan confundido, tenía tanto que preguntarle a él, tanto... quise decir muchísimo, necesitaba respuestas y él era el único que podía dármelas de la manera en que yo las querías.

Pasaron cinco minutos en los que los brazos de piter pasaban de arriba abajo por mi espalda mientras yo buscaba en mi cabeza las respuestas a todas esa preguntas relacionadas con town, pero por más que gastaba las neuronas pensando terminaban todas las respuestas siendo la misma: que conocía a town menos de lo que yo pensaba. Claro estaba que no lo conocía lo suficiente, pero esperaba hacerlo con el tiempo, que este se adecuara a nuestro ritmo, ir lento y pausado. Yo sabía que el tiempo me daría la razón que él era el indicado para mí pero ahora ya no estoy tan seguro de sus intenciones ni de las mías, tengo miedo sabiendo que no debería tenerlo mucho menos tratándose de él, pero es inevitable el miedo está ahí y no sé irá solo.

¡Tengo miedo! Miedo de no conocerlo, miedo de descubrir que no es lo que yo pensara, miedo de volverlo a ver y tengo miedo de perderlo... solo siento miedo. Los chicos normales no son arrestados por peleas ni mucho menos por robo, siempre supe que él no era como los demás chicos tal vez por su forma de mirar o por la forma en la que sonreía a pesar de todo pero nunca espere algo así... Sé que todos tenemos un pasado del que nos arrepentimos de alguna forma pero a mi parecer esto ya es demasiado, no es normal, es raro, me asusta y como todas las veces anteriores he vuelto llegar a la misma conclusión: No tengo ni idea del chico con el que estoy saliendo.

Despeje mi mente y la deje en blanco pero no pude dejar de ver su hermoso rostro sonriéndome, era imposible no pensar en él, en su sonrisa, sus besos y sus caricias, me tiene totalmente loco pero ¡No lo conozco! Ya no sé quién, en mi mente ya no existe una descripción especifica de él más bien solo hay una hoja en blanco que espera con ansias volver a escribirse y esta vez de la forma correcta, sin borrones ni signos de interrogación repartidos entremedio, que no parezca una sopa de letras sin letras, solo una historia fácil y simple que hasta un niño de ocho años pueda entenderla sin tener que quemarse la cabeza intentado adivinar con que debe completar los espacios en blanco.

-¿Te pasa algo?- Preguntó piter llevándome hacia un sillón.
-No quiero hablar- Me senté sobre el sofá azul.
-Mira lo de town...
-No quiero hablar- Lo miré y él asintió.
-¡Kronno!- Piter se paró y fue donde estaba él con una cara de espanto pero aún seguía siendo aquel lindo chico del que yo alguna vez estuve enamorado- ¿Estás bien?
-Creo- Dijo mirándome.

Yo lo ignoré y baje la vista a la deliciosa dona que tenía en mis manos.

-Vamos es tarde y necesitas descansar- Le dijo a kronno ayudándolo a caminar- Gracias oficial- Le dedico una sonrisa- Vamos zarcort- Me miró y luego vio al frente y siguió su camino.

No me moví ni un centímetro, no tenía las fuerzas necesarias para hacerlo y tampoco las intenciones de hacerlo, así que sin pronunciar siquiera la más pequeña y diminuta de las palabras me quedé sentado en el cómodo sofá viendo como piter sin percatarse de que yo no lo seguía se encontraba cruzando aquella distancia que dividía a la estación de policía de la calle. kronno desde que llevó su mirada desde la primera instancia no la separó de mí, él no sabía que sucedía, no tenía ni la más remota idea de lo que pasaba por mi cabeza pero no le basto estar en sus cinco sentidos para poder percatarse de que yo no me iría de ahí aunque el mismo porta me ofreciera acompañarlo en su concierto.

Miré mi dona y a continuación le dirigí una leve mirada al oficial, él me miró y sonrió hasta que se percató de que yo no debería estar precisamente sentado ahí, sino que yo debería estar tras la siga de piter rumbo a mi casa pero él no dijo nada, y al igual que yo se alimentó de ese preciado silencio que en estos momentos era más vital que el mismo aire que nos rodeaba. Volví a mirar a los pringados, piter se paró unos pasos más allá de la puerta viendo como él ebrio de kronno intentaba pronunciar algo que sus adormilados sentidos no eran capaces de interpretar, pero piter siempre ve más allá de las cosas y como buen observador siguió hacia donde los ojos de kronno habían pertenecido todo este tiempo, sí, a el, a el confundido chico sentado sobre el sillón azul que también los miraba esperando que aunque fuera uno de ellos pudiese entender la situación en la que se encontraba y que por defecto, no abandonaría.

-Tenemos que irnos- Volvió él en mi busca.

No pude darle la respuesta que quería, en realidad tampoco le pude dar una respuesta solo fue una mirada seguida de un pequeño sacudir de cabeza.

-No podemos quedarnos- Se acercó a mí con kronno apoyado sobre sus hombros- No con kronno en este estado.

No respondí solo callé esperando que el mismísimo silencio fuera el que le concediera mi respuesta.

-Enserio no podemos zarcort- Volví a dejarlo reencontrarse con el agradable sonido del silencio.
-Puedes irte si quieres- Dije tras un minuto de mudez.
-No puedo dejarte solo aquí y tampoco a kronno.
-Entonces decide... él o yo- Solté el temido ultimátum.  


Fuego cruzado (Zarcronno, Zartown)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora